Aún no alcanza los 20 años, pero juega como si tuviera 26. Por su posición en la tabla de goleo individual no creeríamos que es mexicano. Tiene la técnica de un 10 aunque nació para 9. Y no juega donde lo formaron sino donde lo adoptaron.
José Juan Macías vale 15 millones de dólares. Sobre sus piernas ya cuelga el código de barras que Chivas le ha colocado con el precio de salida.
Imposible que haya descuento o código de promoción. No será vendido como joya de colección, pero sí como pieza única.
León lleva mano. Si para diciembre quiere quedarse con el mejor delantero mexicano -por números y formas- tendrá que hacer la compra y asegurar la inversión considerando que tiene argumentos para estar en el próximo contenedor de exportación con el sello de Hecho en México.
Apenas rebasó la mayoría de edad y Macías maduró. Supo lo que es vivir entre la espada y la pared. (Estrecho imaginario que asfixia a la mente y más cuando la decisión no está realmente en las manos de uno). Quedarse a jugar una Final con su club o representar al país en un campeonato Mundial.
No quiero saber lo que fueron las noches de José Juan antes de partir a Polonia y lo que habrá pasado por su cabeza. Seguramente se imaginó consagrando su magnífica campaña con su primer título y convertido en el héroe del León. O quizá se vislumbró como el referente de la Selección Mexicana y siendo visto por voraces visores de los equipos más importantes de Europa.
Cualesquiera que hayan sido sus sueños, José Juan tiene todo el derecho de ilusionarse y de ilusionarnos en tiempos de austeridad de delanteros mexicanos y en tiempos donde la camiseta de nuestra Selección parece que genera escozor y pesadumbre.
Aparecer sólo por debajo de Ángel Mena, Brian Fernández, Rogelio Funes Mori y por encima de Gignac, no es poca cosa.
Me hubiera gustado que disputara la Final ante Tigres. Anotó en Cuartos de Final a Xolos y le hizo gol al América en Semifinales, se ganó la titularidad con Ambriz, se convirtió en pareja ideal de Campbell y en referencia de entrega para Mena y Montes.
A diferencia del resto de los convocados Sub 20, éste juega y es determinante en su equipo. Algo que ni Diego Lainez -la otra gran promesa- puede aún presumir.
Sólo el tiempo dirá si ser parte del Mundial fue la mejor elección para el atacante.
Macías es hoy firme esperanza en una posición que nos entrega delanteros a cuentagotas. También es moneda de cambio para Chivas y negocio para dos clubes. Polonia será su prueba. Acá ya demostró que tiene tamaños y calidad.
Y por cierto, no empecemos con aquello de "no inflen al jugador". El jugador se infla o se desinfla de acuerdo a su capacidad de asimilar todo lo que está fuera de una cancha y no por lo que se diga o se deje de decir.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO
