El incombustible Andrés

Carlos 'Warrior' Guerrero
en CANCHA


"Siendo honestos, no hicimos el mejor partido desde que estamos con Martino". Así de contundentes fueron la palabras de Guardado cuando le pregunté sobre la actuación de México apenas finalizado el partido ante Canadá.

Una respuesta tan sensata como su juego y tan madura como la etapa que vive dentro y fuera de la cancha.

Hablar de Andrés Guardado, es hablar hoy en día del referente

número uno en Selección Mexicana. Es el líder moral. Es el hombre que guía al grupo, el que aconseja a los más jóvenes, el que activa los sueños de los novatos y el que serena las aguas de los veteranos. Aún estuvieran "todos" en este naciente proceso del "Tata", Guardado seguiría siendo el mandamás al interior. Y lo hace porque le nace.

Es el vínculo perfecto entre la defensa y el ataque. El filtro que convierte lo rocoso de una barrida en un pulido pase para que alguien lo resuelva allá arriba. Autoriza como agente de aduana, quién pasa en la frontera del medio campo. Es también el tamiz entre jugadores y directivos. El que va y pone la cara para tratar los temas de escritorio. El que va de avanzada para tentar el terreno y evitar que el resto se enlode.

Si no le gusta perder en la sobremesa, mucho menos en la cancha. Tiene un gen competitivo. Lo acaba de declarar Martino. Un poderoso gen con el que despierta y se va a dormir haya o no balón de por medio. En una tormenta es el relámpago y, a la vez, el paciente fotógrafo que espera el destello hasta captarlo en la lente.

Va por todas. Incansable y resolutivo. Disfruta de cada partido como si fuera el último y se entrega como si fuera el primero. Hace de cada juego su debut y despedida. Es común verlo jugar de 17, de 23, de 29 o de 33 años en un mismo partido.

La madurez lo ha alcanzado y le ha asentado. Ha comenzado a establecer nuevas marcas y a romper otras tantas. Los números lo respaldan. Ser el segundo mexicano con más partidos en Selección es reflejo inequívoco de su perseverancia y constancia. Siempre puntual a la cita para cada evento. (Cual sea el torneo o el molero en turno).

Sabe escuchar cuando se le cuestiona y es capaz de mantener la cabeza fría para responder con atingencia. De los pocos, junto con Ochoa, que entiende sobre el valor de dar la cara en el túnel de la derrota.

En sus respuestas habla de táctica, de formaciones y recorridos. Una voz al interior le hace mutar en director técnico. Quizá su consciencia comienza a labrarle la tierra para cuando llegue el inevitable adiós.

Jugando así, con esos músculos que parecen no rendirse, Guardado está para llegar a Qatar. El sí de Martino ya lo tiene. Y Andrés siempre dice sí antes que no a un llamado.

Si nada extraño sucede, hay capitán para rato con el Guardado más abierto y sensato de todos los años.
 
 
Twitter: @CARLOSLGUERRERO