La polémica que viene

José Pablo Coello
en CANCHA


En julio de 2008, Mike McCarthy se atrevió a decirle que no a Brett Favre, cuando el veterano mariscal de campo manifestó su deseo de jugar un año más con Green Bay, meses después de haber anunciado su retiro.

McCarthy ya había decidido que Aaron Rodgers era una mejor opción para su equipo y, a pesar de que miles de fanáticos criticaron su postura, el tiempo le dio la razón al joven

entrenador en jefe.

Fue gracias a la dupla conformada por McCarthy y Rodgers que los Empacadores ganaron el Super Bowl un par de años más tarde, y fue también gracias a su interacción con McCarthy que Rodgers evolucionó para convertirse en el mejor mariscal de campo de la NFL.

Sin embargo, la relación entre ambos se fue desgastando con el paso de los años y las derrotas, y antes de que concluyera la campaña anterior, la organización decidió despedir a McCarthy con el objetivo de aprovechar la recta final de la carrera de Rodgers.

Es evidente que la relación que alguna vez fue armónica y productiva no acabó en buenos términos, y la responsabilidad del divorcio ha sido compartida.

Ahora que Matt LaFleur ha tomado las riendas del equipo, surge la gran interrogante de qué tan buena puede ser la relación entre el nuevo entrenador en jefe y su estelar mariscal de campo.

Y es que en el esquema de LaFleur, prácticamente no hay espacio para que su QB improvise al llegar a la línea de golpeo, mientras que Rodgers es uno de los mejores en su posición para diagnosticar a las defensas rivales y hacer modificaciones en el último instante antes de centrar el balón.

Por ahora, ni LaFleur ni Rodgers han dado su brazo a torcer . Mientras el ex coordinador ofensivo de Titanes y Carneros ha señalado que está convencido de las bondades del sistema que aprendió de Kyle Shanahan y que no piensa modificarlo, Rodgers declaró que le parecería un error desaprovechar su capacidad para leer al rival y actuar en consecuencia.

Ya incluso Brett Favre tomó partido a favor de su ex compañero, y pidió que LaFleur lo deje "hacer los suyo" y lo moleste lo menos posible.

Está claro que por el momento, Rodgers y LaFleur están de luna de miel. Pero tomando en cuenta lo acontecido con McCarthy, no sería raro que si el veterano mariscal de campo no recibe la independencia que cree merecerse para manejar la ofensiva, las cosas puedan cambiar rápidamente, alterando así los planes y las expectativas que ha generado la llegada de un nuevo entrenador en jefe a la institución.

 
Twitter: @JosePabloCoello