Racionalizando el entrenamiento

Rubén Romero
en CANCHA


No hace falta profundizar mucho para entender que al entrenar para correr largas distancias hay diferencias importantes entre hombres y mujeres, y que una de esas diferencias tiene que ver con el descanso y la recuperación.

La primera razón es quizá la más sencilla: La testosterona, que promueve la síntesis de las proteínas y es básica para la reparación muscular -cuyos niveles son más

altos en los hombres- juega un papel clave en la velocidad de la recuperación, aparte de otras funciones distintivas de los varones.

Eso hace que las mujeres requieran mayores tiempos de recuperación que los hombres para sesiones comparables en volumen e intensidad.

El entrenamiento es un proceso continuo de esfuerzo y recuperación durante el cual se generan lesiones microscópicas en los músculos de las piernas, y cuando el entrenamiento se dosifica de manera adecuada, el organismo "se repara" a sí mismo y crece en capacidad física.

La contraparte de lo anterior es que, al faltar tiempo de recuperación, el o la corredora sufre de agotamiento, fatiga, sobreentrenamiento e incluso lesiones, por lo que una recuperación adecuada es básica.

Al margen de todo eso, al pasar los 40 años de edad los corredores de ambos géneros son más propensos a sufrir lesiones en el tendón de Aquiles, las pantorrillas y los músculos aductores, que son el "tren" impulsor del organismo, ya que el desgaste que sufren requiere más tiempo de recuperación, lo que debe ser tomado muy en cuenta.

Lo anterior significa que tanto las mujeres como las personas de más de 40 años debieran ser más selectivos al elegir sus programas de entrenamiento, buscando al menos dos cosas: evitar correr "kilómetros chatarra", los que no tienen un objetivo específico, y entrenar el menor número de días posibles por semana.

Una buena opción es combinar los días que se corre por semana con días de "entrenamiento cruzado", en los que se practiquen otras actividades como natación o andar en bicicleta, en los que se eleva el ritmo cardíaco sin que las piernas del corredor carguen el peso de su cuerpo.

Recuerda que correr es salud y algo más... mejor calidad de vida.

 
rubenromero@reforma.com