Menos posesión... más puntos

Mario Castillejos
en CANCHA


Obligados por la circunstancias, los Rayados de Carlos Barra fueron orillados a practicar el juego de posesión que muchos aficionados extrañaban.

Y a manera de paradoja, el 69 por ciento del tiempo que tuvieron el balón, los 600 pases que intentaron, los 522 que concretaron y los 21 remates que lograron sólo alcanzaron para empatar con un "Ave María" en la compensación.

El Monterrey

del primer tiempo fue ordenado, profundo, variado y con posibilidades de gol. Pero en la medida que los Xolos retiraron delanteros para incrustar defensas, Barra apiñó hasta tres centros delanteros (Zavala incluido), mismos que provocaron en el resto de sus jugadores el agudo trance del ollazo para inquietar a Saucedo.

Al ver el barullo, el goleador más caliente del torneo - Dorlan Pabon- evitó enredarse con la telaraña del área rival y se refugió en los lejanos claros que dejó el visitante.

De una manera u otra, el Monterrey nos sigue regalando emociones. Y a diferencia de los últimos cuatro torneos, el desgaste físico ya les permite alcanzar la intensidad necesaria para situarse en los primeros lugares del campeonato.

Dentro de otras mejoras, a los Rayados le falta contratar al hombre que se mueve por adelante de su defensa y organice al equipo. En España se le llama mediocentro de posición. En Argentina es el "5", en Alemania el "6".

Ese jugador que recibe el balón directamente de sus defensas o del portero e intuye el siguiente pase incluso antes de recibir el balón y que también corta el penúltimo pase del rival para evitar las consecuencias de un contragolpe mortal, en el Monterrey simple y sencillamente no puede ser Severo Meza, cuando ha demostrado que como lateral es excepcional.

Y mientras los Rayados caminan con paso firme en lo alto de la tabla general, los Tigres de Ferretti, sin mucho escándalo, se acercan.

Con la victoria en Veracruz, en los últimos 20 días los de la "U" contabilizan siete partidos sin conocer la derrota, producto de cinco juegos ganados -dos de éstos en Copa- y dos empates.

Debemos de reconocer que en buena medida la simplificación en el exceso de toques ha contribuido con esta racha. Porque si antes llegaban a conseguir hasta el 70 por ciento de posesión, el equipo lo hacía sin ritmo. Eran muy lentos. Todo el mundo en el Universitario bostezaba a partir del minuto 30 de juego porque sabía en cada instante lo que iba a ocurrir. Y aunque era un juego correcto, también era extremadamente previsible.

Pero ahora intentan más cambios de ritmo, más pases a los espacios y no sólo al pie.

El factor Guerrón, como el de Burbano, también aporta ese grado de sorpresa del que carecían. ¿No cree usted?

PD: "El progreso implica simplificar, no complicar". Bruno Munari.

Lo escrito, escrito está.

 
 
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