¿Quién le presta balas al 'sheriff' de la FIFA?

Homero Fernández
en CANCHA


¿Cuántas balas tendrá que tener el antiguo "sheriff de Wall Street" para matar a la corrupción que se pasea por los estamentos de la poderosa multinacional de la pelota?

A lo mejor, solo algunas de calidad (de esas con que se matan a los zombies) porque el chaleco blindado de la FIFA resiste a los proyectiles lanzados por Michael J. García.

El jueves, el abogado estadounidense de 53

años se mostró disconforme al acusar que su investigación sobre presuntos malos manejos en la designación de los Mundiales de 2018, en Rusia, y en 2022 ,en Qatar, había sido manipulada por el juez de ética futbolera, quien sentenció que todo estaba limpio.

Cuando en 1993 una bomba colocada por extremistas islámicos estalló en el World Trade Center de Nueva York, García fue uno de los encargados de llevar adelante la investigación. Esa responsabilidad le llevó a África cinco años después, cuando Al Qaeda atacó varias embajadas estadounidenses también con explosivos.

En 2004, ya como subsecretario de Migración y Aduanas, acusó al ruso Vicktor Bout, uno de los mayores traficantes de armas, de vender lanzamisiles a la guerrilla colombiana de las FARC para derribar helicópteros estadounidenses. El ex espía de la KGB fue extraditado y condenado a 25 años. En 2013, el Gobierno ruso lo incluyó en una lista de estadounidenses que no puede entrar a ese país, como represalia a una medida similar del Gobierno de Obama que afectaba a funcionarios de Moscú.

En su etapa como Fiscal General del Distrito Sur de Nueva York, García lideró investigaciones sobre fraudes comerciales que incluyeron al programa de la ONU de Petróleo por Alimentos, que intentaba una ayuda humanitaria para Irak ante el bloqueo comercial que sufría, pero terminó siendo una herramienta para vender armas.

También encabezó la investigación por prostitución contra el Gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, que culminó con la renuncia del político demócrata en 2008. Esa vez García fue acusado por la prensa de ponerse al servicio de los republicanos y de los poderes financieros para destruir a Spitzer, quien antes como Fiscal se había enfrentado a Wall Street. Fue señalado por utilizar maniobras poco legales, por filtrar información y por ser tibio en las regulaciones del sector financiero que desembocaron en la mayor crisis financiera desde 1929.

García, que en algún momento sonó para dirigir el FBI, no ha tenido hasta ahora enemigos pequeños: Al Qaeda, traficantes de armas, un Gobernador de Nueva York, la ONU y ahora pone en su agenda a la FIFA.

En México, se suma día a día el clamor de la ciudadanía por una Comisión Nacional contra la Corrupción.

El caso de García y la FIFA confirma que no basta con crear estructuras si el poder de la sentencia sigue estando en manos de quienes deberían sentarse en el banquillo de los acusados.

 
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@mundodepelota