Hoy empieza la Liguilla, esa parte del torneo en la que realmente está en juego el título.

Entre algunos equipos que a lo largo de 17 jornadas se fueron ganando su boleto, y uno que otro que se metió de panzazo, a partir de hoy será dirimido cuál es el mejor de todos; o el campeón, que en nuestro balompié suele no ser lo mismo.

Si en la Fase Regular algo se distinguieron con su juego los equipos que terminaron en los primeros cuatro lugares (América, Tigres, Atlas y Toluca), entre los ocho finalistas el que en cierta medida sea capaz de distinguirse en seis partidos podrá quedarse con la corona.

Si los cuatro de arriba lucen como favoritos, a los cuatro de abajo nadie puede descartarlos de antemano; y a unos menos que a otros.

En Pachuca, esta noche el anfitrión tratará de empezar a contradecir a los pronósticos al recibir a los poderosos Tigres. Y lo mismo intentarán hacer los Pumas al recibir al América en inusitado horario, casi casi de madrugada; y mañana el Monterrey al recibir al Atlas, y los Jaguares al tener al Toluca como huésped.

Aunque todo termine por definirse en las vueltas de sábado y domingo, gran parte puede ser definido en estas idas de miércoles y jueves.

Para ponerle números a las probabilidades de cada uno de acceder a las Semifinales, tal vez optaríamos por un 75 por ciento para los Tigres, 70 para el Atlas, 65 el Toluca, 60 el América, 40 los Pumas, 35 los Jaguares, 30 el Monterrey y 25 el Pachuca.

Todo eso en teoría y considerando lo que cada uno ha jugado y puede jugar, aunque ya se sabe que en la práctica, sobre todo en este equilibrado e inconsistente futbol mexicano, puede pasar cualquier cosa.

A tal grado, que incluso ninguno de los ocho participantes puede ser descartado como candidato a campeón.

Es decir, que si se tratara de apostar habría que hacerlo por los primeros cuatro... pero sin apostarles mucho.

A ver qué tan capaz es cada uno de apostar por sí mismo.

 
 
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