Los de afuera también juegan

Homero Fernández
en CANCHA


Esto pasó hace unos días. Wang Dalei, el portero de la Selección de China, se metió hasta el fondo del arco. A sus espaldas el delantero saudí acomodaba la pelota en el punto del penal. Wang cumplía ese día 26 años, tenía que tener suerte. Miró al recogebalones a través del enrejado de cuerdas y le preguntó hacia dónde se tiraba. Stephan, de 12 años, le señaló a la izquierda. El regalo estaba

hecho. El chino atajó el penalti y su equipo logró un gol, casi al final del partido, que le dio la victoria en el partido de la Copa Asia.

La rutina de los alcanzapelotas o recogebalones, debería pasar desapercibida para jugadores, árbitros y espectadores pero hay veces que no es así e intervienen activamente en el juego. Carlos Salvador Bilardo dijo una: "En cada equipo al que llego siempre quiero una charla con los recogepelotas. Ellos te pueden hacer ganar un partido". Su escuela quedó retratada en el Sevilla, por ejemplo, donde los baloneros entrenan técnicas de manejo de partidos: dos pelotas en la cancha cuando ganan, regreso rápido cuando van perdiendo, y más.

Aunque oficialmente aparecieron en los Mundiales en 1966, la tarea de regresar el balón a la cancha puede ser tan añeja como el mismo juego. En los partidos de barrio, muchas veces, se le encargaba al niño que no tenía cabida en el equipo, o este mismo la asumía por iniciativa propia como una manera de participar en el partido, o simplemente por tocar el balón.

El trabajo del recogebalones, que suele ser recompensado con algún autógrafo y poco más, también ha sido el preámbulo de varias estrellas del futbol que empezaron al lado de la raya. Esa larga lista incluye a Maradona y Messi, y a otros como Carlos Tévez y Fabio Cannavaro. El italiano, a sus 16 años, regresaba los balones en el partido que la azzurra perdió con Argentina en las Semifinales de Italia 90. Otros 16 años después, fue el capitán italiano quien alzó la Copa Mundial en 2006.

Existen innumerables incidentes donde el protagonismo de algún recogebolas enciende a los jugadores y hasta los entrenadores. ¿Quién no recuerda la imagen de José Mourinho, en su anterior etapa en el Chelsea, regañando fuertemente a uno de los jóvenes por retrasar el partido? "Le he dicho que si volvía a hacerlo, vendría un jugador y lo golpearía", dijo luego el entrenador portugués.

Hay de todo. En 2012, en un partido del futbol de Río de Janeiro, Fernanda Maia devolvió rápidamente la pelota a un jugador del Botafogo y originó un contragolpe que terminó con gol del "Loco" Abreu. Esa actitud la hizo famosa en la tele y a sus 23 años terminó posando para la revista Playboy.

Hay una frase hecha que repiten hasta el cansancio los jugadores de todas las latitudes y en todos los idiomas: "En la cancha somos 11 contra 11". A juzgar por las incontables intervenciones polémicas de los recogepelotas, nada más cerca de un estereotipo y más lejos de la verdad.

 
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@MUNDODEPELOTA