Muy pronto parece haberse resuelto, en detrimento de la UdeG, esa lucha por la permanencia en Primera División que se esperaba más disputada.
Con 10 puntos más en los 10 partidos que les faltan, los Leones Negros descenderían aunque el Puebla, las Chivas y el Veracruz ya no obtuvieran un solo punto.
Es decir, que ni siquiera elevando su promedio de producción en esos 10 últimos
encuentros, lograrían obligar a los otros tres adversarios a ganar punto alguno.
A partir de los 11 puntos (para terminar con 15), la UdeG empezaría a contar con una mínima "esperanza aritmética"... porque igualaría con jarochos y poblanos si éstos perdieran todo.
Con 12 unidades más, los Leones igualarían al Guadalajara si el conjunto rojiblanco perdiera todos sus partidos, y "obligarían" al Puebla y al Veracruz a ganar TRES y DOS puntos más, respectivamente, para igualarlos en esa tablita del descenso.
Con 13 de UdeG, 6 del Puebla, 3 de las Chivas y 4 del Veracruz, igualarían los cuatro. O con 14, 9, 6 y 6.
En realidad, para fines prácticos, la esperanza de salvación de la UdeG empezaría a partir de los 15 puntos (19 en total), porque con ellos obligaría al Puebla a conseguir 12 más, a las Chivas a obtener NUEVE y al Veracruz a sumarle OCHO a los 13 que ya tiene.
Dicho de otra forma mucho menos aritmética: que por favor ya les vayan separando a los Leones Negros un lugar en la División de la que hace nueve meses salieron.
Así, la UdeG ha ido escribiendo una corta historia que se sabía complicada, que al final del torneo pasado y el inicio de éste se tornó alentadora, pero que ahora se perfila hacia un final inexorablemente triste.
Unos Leones Negros de antemano condenados por un sistemita de descenso encaminado a proteger a las franquicias de mayor tiempo en Primera División, y a dificultar la permanencia de los recién ascendidos.
Condenados desde el inicio, y en este momento prácticamente descendidos de regreso al lugar del que venían.
¿Alguien que crea en los futboleros milagros?
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