Incentivos a terceros

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Con sus dos triunfos consecutivos la UdeG revitalizó una lucha por la permanencia que parecía casi casi terminada.

A tal grado fue revitalizada esta lucha, que si los Leones Negros vencieran el próximo viernes al Morelia rebasarían en la tabla del descenso tanto al Puebla como al Guadalajara, al margen del resultado que éstos obtengan el sábado en su crucial enfrentamiento

directo.

Es tanto lo que estará en juego para estos tres equipos en las ocho jornadas restantes, que nada raro sería que empezaran a producirse, aunque no se hicieran públicos, los incentivos a terceros en el afán de garantizar la indispensable salvación.

¿Cuánto valdría para Chivas y poblanos, por ejemplo, una derrota de la UdeG en cancha moreliana, o en cada uno de los partidos que le restan?

¿Qué tanto serían capaces de invertirle a ese otro partido del viernes el dueño del Puebla o el del Guadalajara como aliciente extra para un conjunto michoacano que ya no se juega nada en este torneo?

Claro que tanto el Morelia como otros equipos en realidad sí se juegan mucho, algunos en este torneo y otros de cara a los próximos; algo que queda en evidencia si vemos la tablita del descenso para el 2016.

Después de 60 jornadas y quedando 42 por jugarse (8 de este torneo y 34 de los dos siguientes), en esa futura tabla las Chivas ocupan el último lugar con 63 puntos, el Morelia tiene 64 y los Pumas y el Puebla 68.

Es decir, que principalmente esos cuatro equipos son los que deben preocuparse desde ahora por su permanencia para el siguiente año, si no es que uno de ellos (¿Puebla o Guadalajara?) desciende en éste.

Que todos jueguen como se debe para no tener que sumar, restar y dividir; y si no, que por lo menos cuenten bien y a tiempo para entender lo que se están jugando.

Y para no verse tentado o sentirse casi casi obligado a recurrir a los incentivos a terceros (que no están prohibidos y son lícitos, pero no muy honrosos que digamos), hacer cada cual lo que le corresponde realizar en la cancha por su propio beneficio.

¿Qué tanto harán los involucrados lo que deben hacer por sí mismos y qué tanto tratarán de combinar lo hecho con la búsqueda de la otra ayuda?

A final de cuentas, probablemente sólo ellos podrán saberlo.

 
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