Facultades del director técnico

Félix Fernández
en CANCHA


Dicen que los errores del arquitecto se tapan con columnas, los del cocinero con salsas y los del arquero con insultos... pero sobre todo estos últimos se tapan con el apoyo del director técnico.

Y es que nuevamente nos encontramos con el tema de los arqueros en la Selección Nacional y, desde mi punto de vista, nuevamente Miguel Herrera, como en Brasil 2014, puede tener la certeza de que

su decisión es correcta, aunque por supuesto cuestionada; correcta, pero con altos índices de inconformidad; correcta y, como de costumbre, enarbolada por la discusión entre lo justo y lo injusto.

"Es la posición que menos me preocupa", dice el "Piojo", pero no puede evitar que sea la posición que más aire consume en los medios de comunicación y en las sobremesas.

De acuerdo con las palabras del técnico nacional, hoy Jesús Corona tiene la posibilidad de cobrar los intereses de aquella decisión que no le favoreció hace un año para la Copa del Mundo y, posiblemente, también ser gratificado por aquellas declaraciones indiscretas del propio Herrera meses después, en las que ventiló las conversaciones privadas en la ciudad de Santos, al momento de la notificación a sus arqueros respecto a la titularidad.

Los dolores de cabeza para Herrera llegan al momento en que su manera de elegir a los 11 titulares no aplica para todos sus convocados. Miguel da explicaciones que gracias a su bondad ofrece y que bien podría guardarse. Porque una de las facultades de un director técnico es elegir a sus jugadores de la manera que crea conveniente, incluso con diferentes criterios, lleno de contradicciones y hasta de incoherencias.

En algunas posiciones los beneficiados resultaron ser quienes mejor cerraron el proceso de preparación, en otras la jerarquía, en otras la palabra empeñada, y en otras el apoyo a pesar de los errores recientes. Al final de cuentas, algo es seguro: Miguel Herrera es un entrenador de futbol, pero también de personas; tiene el mismo objetivo que nuestras ilusiones y la esperanza de los mexicanos: ganar.

Cuando un ganador comete un error dice: "me equivoqué", tal como lo hizo Corona tras el juego en Brasil. Cuando un perdedor comete un error dice: 'yo no fui'. Para un director técnico cercano a sus jugadores la autocrítica no es un síntoma de debilidad, es una razón más para apoyarle.

Jesús Corona recibió el apoyo de su director técnico y le respondió con la gran actuación esperada contra Bolivia. Las aguas se tranquilizan y las protestas evidentemente se reducen.

El director técnico debe tener claro el objetivo, las estrategias y las posiciones de cada uno de sus jugadores. Se vale discrepar y argumentar, pero al final de cuentas debemos darle su lugar a quien ha sido designado para tomar las decisiones que el resto de la población sentimos con derecho a cuestionar. Porque si los errores del arquero se tapan con mentadas de madre y con el apoyo del director técnico, los errores de este último se tapan directamente con la rescisión de su contrato y ahí ni quien le eche la mano.

 
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