Entrenando en el calor

Rubén Romero
en CANCHA


El calor del verano llegó a Monterrey en un momento en el que un buen número de corredores inició ya el entrenamiento para correr su maratón el próximo otoño.

¿Significa esto un impedimento para entrenar, en especial al correr las sesiones de larga distancia, si vas a correr tu maratón en los próximos dos o tres meses?

La verdad es que el calor no debe ser un inconveniente si se

entrena de manera adecuada. Más aún, entrenar en el calor de manera controlada puede reportar al corredor beneficios comparables con entrenar en la altitud.

¿A qué se debe que entrenar en calor se compare con entrenar en la altitud?

Se debe a que si bien los dos tipos de entrenamiento tienen efectos diferentes sobre el torrente sanguíneo, ambos se traducen en un mismo resultado: correr más rápido.

Al entrenar en altitud el organismo debe resolver el problema de la falta de oxígeno propio de correr en esas condiciones, y lo hace aumentando la cuenta de glóbulos rojos en el torrente sanguíneo.

Cuando el corredor regresa a competir a nivel del mar y llega con su cuenta de glóbulos rojos elevada tiene el beneficio de mayor capacidad para transportar oxígeno a la hora de correr, lo que se traduce en una mayor capacidad.

Entrenar en el calor, por su parte, aumenta el volumen del plasma sanguíneo como una de las reacciones del organismo al calor y la deshidratación, donde el plasma es el fluido que transporta nutrientes, hormonas y proteínas, y que ocupa el 55 por ciento del volumen el torrente sanguíneo.

Lo que ocurre al correr en climas frescos es que ese aumento en el plasma de la sangre produce un efecto similar al del aumento de los glóbulos rojos y la cantidad de oxígeno que llega a los grupos musculares que trabajan aumenta también.

Aquí lo importante es que entrenar en el calor no consiste simplemente en salir a correr a mediodía. Se trata de entrenar durante cierto número de horas por semana, dentro de ciertos rangos de temperatura y con ciertos niveles de rehidratación, para obtener buenos resultados, pero, sobre todo, para evitar riesgos de salud.

Entrenar en calor puede ser una muy buena opción, pero no debe tomarse a la ligera. Conviene documentarse o acudir a un entrenador.

Recuerda que correr es salud y algo más... mejor calidad de vida.

 
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