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Colmado de bendiciones
Mario Castillejos | 13-08-2015
en CANCHA
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"Mario, me siento bendecido en este estadio... Mario, me siento bendecido", así selló Aldo De Nigris la segunda página de la naciente crónica del nuevo estadio de Rayados.

Los cuatro goles del Monterrey, sumados a los tres de un dignísimo visitante, aderezaron por 93 minutos la nueva experiencia de cómo interactúan en un partido de futbol 46 mil 803 privilegiados aficionados de Rayados y sus 11 jugadores.

El equipo de Mohamed, sin la claridad mostrada frente el Atlas, repitió con 25 remates a la portería del "Conejo" Pérez el accionar que los llevó a la suma de sus segundos tres puntos.

Y para quienes meticulosamente ven en los tres goles recibidos un foco de atención, lejos de buscar las fallas en la línea de defensores -con excepción de las pelotas aéreas- recalco que los de arriba se deben involucrar más en el juego de recuperación de pelota.

También vale ovacionar a Funes Mori por su rol como delincuente dentro del área. Y mal haríamos cuando el joven argentino ya lleva tres goles.

Aunque la oración que tejió el maestro Cardona, y que firmó Pabon, se debe enmarcar aparte. Si de menciones honoríficas se trata, creo que la referencia de "capo" se la lleva Walter Gargano. El uruguayo jugó un partido redondo, sin desperdicio, acorde a un futbolista que triunfó en mundiales y en Europa.

Si retrocedemos el tiempo y fijamos la imagen fracciones antes del último tiro penal, se revela que algunos se fueron a tomar agua, otros a la distancia caminaban pensativos.

En cambio, Aldo no vaciló en tomar la pelota y, manteniendo la mirada en el marco de Pérez, aguardó erguido el silbatazo para dejarse llevar por un sentimiento que, como después me lo hizo saber, lo colmaba de bendiciones.

Señores, esto apenas empieza. La institución Rayada está dando los primeros pasos rumbo al nuevo compromiso del servicio, rumbo a la espectacularidad. Entendamos, fácil no va a ser.

Del otro lado de la Ciudad, donde los pretextos no caben, donde no hay margen para el error, donde si ganan no tiene chiste porque poseen a la mejor plantilla del País, la institución que preside Alejandro Rodríguez no se espanta de las voces acaloradas que les restriegan los últimos descalabros.

Y sin bajar la mirada, asumen el riesgo de sus pretensiones, sabedores que las desacreditaciones estarán a la orden del día. Porque cuando ganen por márgenes cortos, serán criticados, cuando empaten serán mofa nacional y cuando pierdan serán masacrados.

Ése es el castigo de quien reta de manera honesta al resto de los competidores. Ése es el precio de quien aspira a lo que no es.

PD. Para ser el más grande, hay que callar muchas bocas, incluso, las de ésos que dicen ser allegados.

Lo escrito, escrito está.

 
castillejos@elnorte.com
Twitter: @castillejos_m
 
 
 
 
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