La carta de un torero

Guillermo Leal
en CANCHA


Hace unos días, la figura francesa Sebastián Castella, a quien muchas veces se le ha tachado de indiferente y hasta de "mal compañero", ha dado un paso que nadie con esa claridad, contundencia y sinceridad ha logrado.

Escribió una carta dirigida a los directores de los medios de comunicación en España, pero que aplica perfectamente para todo el mundo taurino. Vale la pena echar un vistazo

a su parte medular.

"Mi nombre es Sebastián Castella y soy matador de toros.

Sé que en los tiempos que corren no es la mejor carta de presentación, pero precisamente por eso me dirijo a usted, cansado de que los toreros nos hayamos convertido en moneda de cambio política y nuestra imagen sea vilipendiada día tras día en el panorama informativo...".

"Siempre he admirado a los españoles como pueblo que, históricamente, ha defendido y luchado por su libertad. Y ahora, sinceramente, no lo reconozco.

"Cada día presencio con estupor cómo se vulneran derechos fundamentales (...): a la libertad y la seguridad..."
 
"Porque, en efecto, aquellos que estamos en el mundo del toro, como profesionales o como aficionados, somos ciudadanos de segunda, a quienes se nos cercena nuestra libertad de expresión y creación artística en nombre de una presunta corriente animalista que no encierra más que una persecución política e ideológica.

Se vulnera nuestro derecho al honor acusándonos día tras día de "asesinos" y se nos priva de nuestro derecho al trabajo cerrando plazas por capricho de quienes, enarbolando la supuesta bandera de la progresía, se creen en el derecho de arrebatarle la libertad a un pueblo que necesita gobernantes que gobiernen por y para todos, incluidos los que les gustan los toros..".

"Por eso desde estas líneas quiero hacer un llamamiento no solo a los aficionados a los toros o a los que alguna vez han pisado una plaza, sino a todos aquellos que quieren un país libre, libre de verdad: vamos a juntarnos, a darnos la mano; vamos a alzar la voz y a decir con orgullo que queremos ejercer nuestra libertad para ir a los toros sin que nos acorralen en las puertas de las plazas; para decir que nos gustan los toros sin que nos llamen asesinos. Porque hoy son los cosos taurinos, pero mañana será cualquier otra manifestación artística que no les caiga en gracia.

El pensamiento único es así. El toreo no es de izquierdas ni de derechas. No es político. Es de poetas, pintores y genios. De Lorca y de Picasso, dos artistas poco sospechosos de fascistas ni asesinos. Es del pueblo. Salgamos del armario y llenemos las plazas. Tomemos las calles. Son tan nuestras como de los prohibicionistas. Y nosotros somos más. Y podemos gritar más fuerte. Diría que es la hora de indignarse, pero no quiero usar palabras manipuladas de antemano. No hay mayor verdad que la de un hombre ante un toro bravo.

En nuestra mano está que no nos la quiten. Atentamente, Sebastián Castella".

 
guillermo.leal@reforma.com
Twitter: @memo_leal2009