Otro quinto partido

Francisco Javier González
en CANCHA


Lo que para la Selección mayor es un sueño guajiro realizado sólo una vez en la historia, es para la Sub 17 una tarea regularmente cumplida.

El triunfo de ayer fue convincente, contundente y espectacular.

Pese a que el país anfitrión tiene ciertas ventajas por el hecho de serlo y se puso adelante en el marcador, el Tri juvenil fue mejor y lo demostró con una furia que hizo pedazos a

Chile.

Al equipo que dirige Mario Arteaga no solamente se le valora que gane, sino cómo lo hace. Juega bien. De hecho, en algunos momentos lo hace de manera excelente. Con juego de conjunto, alegría, buen futbol.

Los nombres de sus jugadores empiezan a pasar del anonimato al dominio público y la expectativa por lo que pueda suceder en el Mundial crece como la espuma. Las redes sociales y los comentarios sobre el equipo empiezan a dominar la escena deportiva.

En las primeras apariciones internacionales que tuvo México en la categoría el camino fue corto: no avanzó de la Primera Ronda. Pero desde 1999 en Nueva Zelanda y hasta la fecha, no hay ocasión en que no juegue el quinto partido, en algunos casos de paso para llegar a la Final y ganarla.

La mejoría en resultados no es casual: contra lo que supone el rumor popular, el futbol mexicano trabaja muy bien en algunas cosas y una de ellas es la creación de jóvenes triunfadores.

Sin saber el resultado final en el Mundial chileno, es un hecho que los jugadores de este plantel tienen un rodaje importante en su formación. Todos con una buena cantidad de partidos internacionales en la espalda, bases técnicas muy firmes y presión de competencia.

El problema consiste en el salto -a veces mortal- que tienen que dar para la siguiente etapa.

Tener menos de 17 años implica que la vida presenta mil opciones. Hay que elegir entre una gran gama de caminos y no se tiene la madurez ni la experiencia necesaria para disminuir los riesgos. Si con el paso de los años cuesta trabajo decidir bien, en plena adolescencia resulta mas complicado.

Hay quienes deciden claudicar porque el camino, hasta con un título mundial en la bolsa, es largo y complicado. Otros son víctima de las circunstancias y algunos más eligen seguir edificando su carrera.

Al final, llegan los más fuertes. La ley de supervivencia también rige en el futbol.

Una ventaja, sin embargo, es que actualmente los jugadores de esta edad pertenecen ya a equipos profesionales y por lo tanto están sometidos a un esquema de disciplina diferente al de otros tiempos. Se perderán menos que en el pasado quienes tienen condiciones.

De este seleccionado sólo podemos hablar cosas buenas y esperar un futuro brillante.

 
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