Un célebre periodista veracruzano acuñó un día el mayor anti mote de guerra que ha tenido equipo alguno tal vez en la historia del futbol mundial: los Ratones Verdes.
No es suficiente el conocimiento para saber si en algún otro país, en la época de que se trate, alguien bautizó de manera tan despectiva a su propia Selección Nacional.
Eran otras épocas en las que Manuel Seyde hablaba
tanto de este término como del de "la zona del balón cuadrado" cuando se refería a la Concacaf.
Su pluma punzante no tenía igual. Y de alguna manera, la forma de destruir la de por sí baja autoestima del Tri, tampoco.
Los Ratones Verdes perdían casi todo lo que jugaban.
Las Eliminatorias del 73, las del 81, partidos amistosos contra potencias y en general eran los personajes tontos de cualquier cuento futbolero de alguna época. Por lo menos así lo veía Seyde.
Antes de que juegue nuestra Sub 17 la Semifinal del Mundial contra Nigeria, vale la pena preguntar hace cuanto fueron exterminados los Ratones Verdes. La respuesta dice que hace mucho tiempo.
Son seis los Mundiales consecutivos en los que la Selección Mayor avanza a la Segunda Ronda. No ha pasado de ahí, pero casi ningún equipo del planeta lo ha logrado con tal consistencia.
La Sub 17 hila tres Semifinales, la Sub 23 es campeona olímpica y la Sub 20 suele tener buenas actuaciones.
Mal que bien, cada año se incrementa el número de futbolistas mexicanos exportados a Europa, y la Copa de Oro, además de la Repesca ganada para asistir a la Confederaciones otorgan un aire de respeto.
Jugar contra Nigeria es hacerlo contra el favorito y por lo tanto la probabilidad de un resultado adverso es más que tangible.
Lo que sí se puede asegurar es que México jugará sin complejos, sin miedo.
No pensará que puede perder, sino que debe intentar ganar porque la mentalidad no es un problema. Hace mucho que ese renglón está dominado.
El trabajo en las fuerzas básicas de los clubes, las giras que frecuentemente cubren las Selecciones con limite de edad y la efervescencia triunfadora que se ha conseguido, permiten ver con optimismo, más allá del partido de hoy, el futuro que con todas sus virtudes y defectos, finalmente está edificando el futbol mexicano.
Pese a que el auto castigo que solemos imponernos frente a las derrotas, pese a que de repente usamos ese viejo término, la verdad es que ese estatus ya no es el mismo.
No alcanza México a ser potencia en la Mayor pero sí lo es en la Sub 17. Eso se llama futuro.
Sólo habría una mejor noticia que esa: vencer a los temibles nigerianos y avanzar a la Final.
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