TOÑO, EL OTRO 'BRONCO'

Sexto aniversario
 
No se me olvida, era domingo como hoy, pero pasadas las 5 de la tarde y aquí, en Monterrey, estaba con clima fresco.

"Sanca, que murió Aldo De Nigris, están escribiendo que Aldo murió, chécalo...".

Más que obvio comenzamos a hacer llamadas, hasta que localizamos a un amigo íntimo de Aldo, y no... "¡Es Toño!", me dijo.

Fue un domingo 15 de noviembre del 2009 cuando la muerte de Antonio De Nigris sacudió al futbol mexicano.

La noticia de que el hermano mayor de los De Nigris había fallecido comenzó a correrse como cuando la contratación de un jugador suena en Sudamérica.

"¡Toño murió, Toño murió...!", era ya de todos conocido y ahí comenzaba una historia que nunca terminará.

Fue en Grecia donde dejó de existir a causa del corazón, enfermedad en la que no ahondaré.

Como cada año, recuerdo en este espacio al compa Antonio, y sí, es el único a quien sí le llamó por su nombre porque era amigo-amigo.

El año pasado, justo hace 365 días, recordé al Toño en su quinto aniversario luctuoso, con una anécdota humana.

Como jugador era letal cuando militó en Rayados, tiempo en el que hacía sus obras humanas.

Conté que cuando salía de El Cerrito, donde entrenaban, de pronto me tocó irnos en el mismo coche, una vez el de él y otra en el mío.

En una ocasión me dijo que fuéramos a comprar unas hamburguesas a un restaurante de la Avenida Garza Sada, muchas, y nos fuimos a repartirlas a los niños de escasos recursos.

Ah, y hasta ensaladas les tocó. Me decía que eso le gustaba hacer y pues esa vez lo vi.

Era un tipo reservado. Sus carnales Ponchito y Aldito, menores que él, son más, pues cómo decirles... Dejémoslo en menos retraídos.

Síganle...

 
 
Toño el caliente
 
Les dije que era más retraído, callado y pues sí, no hablaba mucho como el compa Ponchito ni salía tanto en los medios como Aldo, pero...

"Era calientísimo, sus carnales tiran trompo, Poncho pues todos lo vemos y Aldo ya también se pone guantes, pero Toño era el más cabrón", me contó ayer otro amigo de él, a quien le llamé para hablarle de la fecha de hoy.

Recuerdo una vez que jugando para el América en el 2002, me contó que en el DF se peleó con dos aficionados de Pumas en un bar de La Condesa.

Mentiría si les digo que recuerdo de manera textual cómo me lo contó, palabra por palabra, pero sí que hubo trancazos.

"Ayer me peleé en un pin... antro con dos de Pumas, acá (en la Capital) son menos apasionados que allá (en Monterrey), pero estos dos comenzaron a joder y pues uno es caliente".

Cuando le pregunté que por qué había sido la bronca, su respuesta fue clara y entendible.

"Primero jodieron que las gallinas (por lo del Ame) y eso pues no era para tanto. Traía uno camisa de Pumas, pero eso sólo comenzó a calentar.

"Lo que sí me hizo que me parara y me los empinara a los dos fue que me dijo: 'Contesta, pinch... regio codo. Americanista y codo'", me contó Toño.

"Cuando a los dos los tumbé, vino el jefe de seguridad y el gerente, vieron lo que pasó y me llevaron a una oficina. Estaba tapizada de fotos de Pumas. El gerente era Puma y me dijo que me fuera porque a los que había golpeado eran hermano y amigo de dos porros de la UNAM... No volví al lugar, pero me los cog...".

Días después, digamos una semana, me contó que los dos que golpeó fueron a esperarlo a Coapa, al término del entrenamiento.

"Nunca supe quién era el que venía con ellos, tal vez uno de los porros que me dijo el gerente. Esa vez salía yo en carro de no sé quién y no nos paramos. Nunca los volví a ver", me contó el caliente Toño.

Síganle...

 
 
Se clavó
 
Llegó el momento en que se fuera a sus equipos de Europa y la comunicación con él bajó, por obvias razones.

En ese tiempo, pa' la raza joven, no había WhatsApp, y el mail primero y luego el Messenger y el Face eran lo más sofisticado para una pronta charla, pero no lo traías en el celular así tan fácil.

Llegó el 2009, el año de su muerte y que muchos -me incluyo- le lloramos.

Era el verano de ese año y, junto a su esposa, se fue con su carnalillo Aldito a Las Vegas.

Toño no era de apostar, no le gustaban mucho esos juegos, pero pues yendo en familia, le siguió los pasos al menor de los hermanos.

A'i tienen que Aldo lo sonsacó y lo sentó en una mesa de Texas Hold'em (poker), algo que obviamente Toño no dominaba.

Me contó que no se quería parar y le amaneció en la mesa de poker. Nunca quiso soltar ya las cartas.

(Maldito vicio, jajaja).

Luego agarraron cada uno a sus hijos y se fueron a la playa, en familia...

"Y ésa fue la última vez que lo vi en persona, nunca más y aún me duele. Nunca lo volví a abrazar".

Estas palabras las oí hace tiempo de la boca de Aldo, quien aún llora su partida.

"Sin saber, ésa fue nuestra despedida, qué triste".

Volvió a Grecia y su regreso a Monterrey ya fue sin vida, terminando en una caja sus cenizas.

Seis años sin Toño... El brother Toño.

 
 
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