¿Un mal día?

Carlos Bianchezi 'Careca'
en CANCHA


En un enfrentamiento entre un mal equipo y otro muy bueno, no siempre el considerado superior logra agradar y convencer, y eso es entendible.

Cuando es así, el equipo con mejores argumentos debe encontrar la forma de ganar como sea, y ésa no fue la actitud de los Tigres.

No es de mi agrado esa manera de pensar, pero reconozco que bajo los aires del triunfo siempre habrá un mejor

ambiente de trabajo, aunque eso puede ocultar la realidad.

Debe ser preocupante, y hasta desesperante para un técnico, ver la improductividad futbolística de sus pupilos al enfrentarse a un mal equipo de futbol como este Cruz Azul.

Esta desbielada Máquina estuvo agrediendo a su historia durante todo el torneo y ayer no fue la excepción.

Con un futbol descolorido, con veteranos que caminan y extranjeros que no pesan en la cancha, los celestes de Tomás Boy se vieron como un equipo chico, jugaron a no perder y no perdieron, un consuelo que dista mucho de lo que busca esta institución.

Los felinos tampoco mostraron mucho para lograr su objetivo en el partido.

No es absurdo decir que esos Tigres cada vez que salgan a la cancha tienen la obligación de ganar y en la mayoría de las veces de agradar jugando bien.

¿De qué sirve tener cerca de un 70 por ciento de la posición de la pelota y generar muy pocas llegadas de peligro al arco rival?

A ese engañoso dominio le faltó intensidad, verticalidad, variantes y por parte de Gignac compañerismo.

Por su afán de ser el goleador del torneo dejó de pensar en el equipo, se vio egoísta y echó a perder varias jugadas que parecían tener un mejor futuro.

Ayer no me gustó Tigres y por las caras que hacía el "Tuca" a él tampoco, y pese a que el objetivo de clasificar haya sido alcanzado, el futbol presentado previo a la Fiesta Grande deja dudas.

Espero que sólo haya sido un mal día, porque jugando como lo hicieron ayer no llegarán a ningún lado.

 
OTRO FRACASO
 
La nobleza de nuestro sistema de competencia no tuvo paciencia con el pobre futbol jugado por los Rayados en la temporada y se negó a invitarlos a la fiesta.

Ninguna de las combinaciones de resultados que necesitaban se dieron y su castigo llegó antes de su último compromiso frente al Toluca.

No hay otro culpable que ellos mismos, no hay excusas y mucho menos explicaciones que convenzan.

Lo único que deja el Torneo de Clausura 2015 es otro vergonzoso fracaso.

 
 
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