El peor partido del Club Tigres

Carlos Bianchezi 'Careca'
en CANCHA


No pude contener mi coraje al ver el aumento en el precio de los boletos para la Final de la Copa de Campeones de la Concacaf.

Ni aunque Tigres estuviera jugando un futbol parecido al del Barcelona tendría argumentos para justificar los absurdos aumentos que van desde el 111 por ciento hasta el 457 por ciento.

El súper aumento contradice por completo el nivel futbolístico que

presentan los felinos cada fin de semana, tanto en la Liga MX como en esta Copa Concacafkiana.

Con este "plantelazo", jugando un futbol sólo apto para los que padecen de insomnio, deberían disculparse con sus aficionados y no castigarlos con este abusivo incremento de precios que choca de frente con la economía que vive nuestro País en la actualidad.

Se me hizo una tremenda falta de respeto, reconocimiento y de gratitud hacia quienes, llueva o haga frío, jueguen bien o no, en Primera o en Primera A, nunca los han abandonado.

"Depende del sapo es la pedrada", se escucha horrible, pero es la realidad de esta situación.

Este saqueo deshumano a los bolsillos de sus fieles seguidores, que por el amor a esos colores harán cualquier sacrificio para estar en el estadio, aunque eso les afecte su economía familiar, podría ser evitado sólo con tener un poco de conciencia social, pero ¿qué será eso?, se estarán preguntando los directivos de Tigres.

Para ellos éste es el "sapo perfecto", ciegamente apasionados, ilusionados con la conquista de un título más en su historia de aficionados fieles, que sin sombra de dudas comprarán a cualquier precio su boleto, sin importar la calidad del futbol que juega su equipo y tampoco las consecuencias que este gasto extra puede ocasionar a su economía familiar.

El futbol es un negocio, ya lo sé, y cuando los dueños o directivos se quejan que es un negocio que no les deja es simplemente imposible creerles; no hay empresarios que se peleen por negocios infructíferos.

El futbol, bien manejado, deja y deja mucho, y más cuando está instalado en una ciudad que respira, desayuna, come y cena futbol.

Esa pasión llevó al medio nacional y también internacional a reconocer a los seguidores de los equipos locales como las mejores aficiones de México.

Sí señor, Monterrey y Tigres tienen las mejores aficiones del País y por ser tan fieles, comprometidas y tener un amor incondicional por sus equipos merecen tener la plaza más castigada con los precios de los boletos más caros de todo el País y probablemente de todo Centro y Sudamérica.

Señores directivos felinos, éste ha sido un negocio que les ha dado todo el año, ya quítense la vestimenta de cazadores despiadados y no abusen del amor ciego que su gente siente por sus colores.

Socialmente ustedes están jugando el peor partido que una institución puede jugar.

 
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