Se viene otro torneo

Carlos Bianchezi 'Careca'
en CANCHA


Antes del partido vi calentando a dos equipos que jugarían una verdadera Final, un partido de vida o muerte, pero durante el encuentro sólo vi a uno.

El Cruz Azul, en ningún momento del encuentro, dio muestras de estar jugando un encuentro decisivo.

Fue borrado de la cancha por Tigres y con una actitud derrotista nos dio otra muestra de porqué esta institución, que un día fue tan

grande y respetada, hoy es motivo de burlas en el futbol mexicano.

Tigres no tuvo que aplicarse a fondo para verse superior; ganó, goleó y no sólo logró los puntos para ocupar el último lugar disponible de la fiesta grande, también aprovechó para darse un buen baño de confianza.

Estoy seguro que si les diéramos a elegir a los cuatro primeros de la tabla a quién enfrentarse en Cuartos de Final, nadie elegiría a Tigres.

Probablemente la presión que les estaban ahogando ya fue liberada; jugadores como Sobis y Gignac, quienes andaban muy erráticos en la definición, anotaron; su defensiva no recibió goles y colectivamente se vieron mejor.

No hay una mejor manera para levantarse anímicamente que un logro de última hora como este de Tigres, aunque su rival poco lo exigió.

Por otro lado, la derrota del Monterrey sólo afecta a sus estadísticas, ya que ése fue el mismo equipo que no figuró en la Copa y no por eso su cuadro estelar se vio futbolísticamente disminuido.

Ando contento porque mi deseo, y creo también el de muchos de ustedes, fue concebido: habrá Clásico en la Liguilla.

Para los Tigres todo el sufrimiento y la angustia de ver a su gran equipo jugar un minúsculo futbol podría convertirse en cosa del pasado.

Si eliminan al poderoso Monterrey, todos sus errores, oscuridad y descomposturas futbolísticas serán perdonados.

Pero si no son capaces de dejar fuera de la Liguilla a su vecino incómodo, no habrá misericordia, su pecado se magnificará y si hacen lo que deben hacer, cabezas podrían rodar.

Ricardo Peláez apenas terminó el festejo de campeón y corrió a Mohamed.

Para los Rayados, su casi perfecta fase regular con números envidiables y su futbol envolvente y goleador podrían ser olvidados en sólo 180 minutos.

Para sus aficionados y para los que se basan en las estadísticas, perder con Tigres no les pasa por la cabeza, parece algo poco probable, casi imposible.

Ganarles a los resucitados felinos sería una lógica comprobación de lo hecho en la fase regular por ambos y de la consolidación del excelente momento que vive el equipo del "Turco".

Pero cuidado, señores.

Siendo un torneo nuevo, con un diferente formato de competencia y agregando a eso el hecho que el orgullo de ambos estará en juego, se me hace tan peligroso confiarse demasiado como basarse en el pasado, por más próximo que éste sea.

No hay favorito.

 
 
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