Amables aficionados: hoy comentaremos un segundo caso de abuso de autoridad en el futbol americano, el primero fue el del comisionado Goodell contra Tom Brady.

Si un árbol tiene casi medio siglo de plantado y se le quiere arrancar y trasplantar, se le condena a la muerte. Algo similar está ocurriendo en el municipio de San Pedro, en Nuevo León, mi tierra natal. Ahí las autoridades están tratando de echar fuera de sus instalaciones al club Avispones, en el cual se han formado y jugado decenas de miles de niños en sus 48 años de existencia.

Sus terrenos, uno de entrenamiento y otro el campo de juego son objeto de disputas legales desde que el municipio decidió quitárselos para darles otro uso. Entiendo que para el de entrenamiento la decisión judicial favoreció al municipio y la del pequeño estadio al club. No obstante, las autoridades han hecho caso omiso de la orden del juez y el pleito continúa.

El abuso de autoridad es en la forma que se está hostigando a los padres de los pequeños jugadores. Primeramente se prohibió el estacionamiento en todo el largo perímetro del campo para que no pudieran descender tranquilamente y llevar a sus pequeños a la práctica o juego.

Luego, se tienen asignadas patrullas en forma permanente para presionar e intimidar a las mamás, principalmente, encendiendo sus luces y sirenas detrás de ellas cuando intentan detener sus vehículos unos segundos para descender a los pequeños. Me consta porque lo presencié personalmente ya que, dejo aclarado, mi nieto Roberto participa en uno de los equipos de los Avispones.

Qué pena que en el autoproclamado "municipio modelo" se tenga el caso de autoridades molestando a ciudadanos por el único "delito" de llevar a sus hijos a hacer deporte.

Pasando a asuntos más positivos parece que después de muchos años un pateador de origen mexicano regresa a la NFL: Roberto Aguayo. Su padre proviene de una familia de agricultores en Capellanía, Guanajuato y a los 18 años ingresó a los EU por primera vez en busca de trabajo.

Fue deportado varias veces, pero le favoreció la amnistía proclamada por Ronald Reagan y pudo obtener su residencia y posteriormente la ciudadanía. Roberto hijo aprendió a patear viendo juegos de la NFL en la televisión y llegó a ser un excelente pateador universitario con la Universidad Estatal de Florida.

Fue reclutado por los Bucaneros de Tampa y pronto lo veremos en acción. Por ahora, hacemos una pausa...

 
fvonrossum@reforma.com