¡Cuidado, Rayados!

Carlos Bianchezi 'Careca'
en CANCHA


De los cuatro primeros partidos, sólo el Clásico Regio nos había brindado lo que todos esperamos de esos encuentros eliminatorios.

Contrario del primer duelo, parecía que en este segundo episodio había un franco favorito y una probable víctima, pero otra vez el Clásico Regio nos muestra que no existe tal cosa.

La difícil posición en que llegaron los Tigres al Estadio BBVA Bancomer

lo obligaba a hacer más de lo hecho en los primeros 90 minutos; tendrían que alcanzar la perfección tanto en la defensiva como en la ofensiva e increíblemente lo hicieron, lástima que su condición física no les alcanzó para más.

Durante los primeros 45 minutos, los Tigres se veían mandones, jugaron por nota, borraron de la cancha el Monterrey y de no haber sido otra vez por dos grandes intervenciones de Jonathan Orozco, su objetivo de anotar 3 goles hubiera sido alcanzado antes del mismísimo minuto 40.

Con su gran presentación y a un gol de lograr la hazaña, los felinos mantuvieron callados y, sobre todo, asustados a los seguidores rayados.

El Monterrey se vio bien los primeros 5 minutos, luego empezó a acusar desesperación por no tener el esférico, dio muestras de nerviosismo y por momentos de desesperación.

Gargano corriendo sin sentido y fallando muchos pases; Carlos Sánchez perdido entre líneas; Cardona sin pesar en la cancha, y un parado táctico defensivo, con cuatro defensores muy adelantados y jugando en línea.

Teniendo enfrente a jugadores tan rápidos como Aquino, Damián y Gignac, era jugar con fuego y el 2-0 le salió barato a Rayados.

Lo mejor que le sucedió al Monterrey en la primera mitad fue el silbatazo final.

De regreso a la cancha, las cosas cambiaron: Tigres bajó su intensidad, creo que lo físico le pesó al equipo del "Tuca", y los Rayados entendieron que jugando como en el primer tiempo verían la Liguilla por televisión.

Menos tensos y menos erráticos con la pelota, los Rayados equilibraron el juego y pudieron hasta dar la voltereta de no haber fallado los dos penales.

Para variar, un pésimo arbitraje. El gordo Francisco Chacón, porque así se le vio en el calentamiento, se equivocó en no expulsar a Torres Nilo, a Pizarro y por marcar un penal en contra de Tigres totalmente inexistente.

Pese a las pifias del árbitro, reconozco que otra vez el Clásico Regio cumplió, ya que estuvieron presentes la emoción, el nerviosismo, la intensidad, los colores y los invitados, siempre bienvenidos, los goles.

Tigres cayó de pie y el Monterrey tuvo los méritos por haber sido contundente en el primer partido, pero en lo futbolístico, en los 180 minutos, fue superado por los felinos.

Cuidado, otro equipo más efectivo no lo perdonará si regalan 45 minutos como ayer sucedió en el BBVA.

 
 
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