Oferta y demanda

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Sigue resultando pasmosa la cantidad de dinero que envuelve al futbol... y a veces lo contamina.

Como ejemplo está el de Higuaín, un "pequeño botón" como muestra de lo infladas que suelen estar las compra-ventas de jugadores.

Si el ariete argentino "vale" 90 millones de euros, o de lo que sea, no hay dinero que alcance para pagar lo que vale Messi o Iniesta o Cristiano o

Bale.

Sin embargo, también en el futbol todo parece reducirse a un asunto de oferta y demanda.

Lo sorprendente es de dónde sale tanta lana y cómo la recuperan los equipos que la sueltan, como lo hizo la Juventus en el caso del gran goleador que como albiceleste no lo es tanto.

O cómo recuperan las televisoras las cantidades que pagan por los derechos de transmisión, cifras exorbitantes en Ligas como las de España e Inglaterra, varios niveles arriba de las que prevalecen en México, de por sí elevadas.

También ese natural mecanismo de oferta y demanda entra en juego, por ejemplo, en el asunto de las "Chivas TV".

Los dirigentes rojiblancos, y particularmente Jorge Vergara como dueño, cuentan con el legítimo derecho de ofrecer su producto al precio y en las condiciones que les plazcan, siempre y cuando cumplan con el elemental requisito de brindarles a quienes lo compren los estándares de calidad ofrecidos.

Y con la obligación, de entender que más allá de lo productivo o no que en el aspecto económico les resulte este peculiar esquema, hay también un ineludible compromiso moral con millones de seguidores del Rebaño.

No sólo se trata de "cuánto gano con mi equipo", sino también de cuántos de sus aficionados están dejando de verlo.

Porque no todo es cuestión de oferta y demanda... y hay cosas que nunca deberían serlo.

 
 
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