Con la frialdad de un asesino serial, que sacia sus instintos (económicos, en este caso) sin importarle el daño que cause en terceros, la Liga MX sigue sumando víctimas y desapareciendo equipos con tan sólo chasquear los dedos.

La afición de Morelia se siente traicionada. Sus Monarcas no existen más, fueron consumidos por el negocio, porque hubo un mejor postor que ha maquillado el crimen con nuevos colores, pero que ha #Arrebatado con desfachatez hasta la cuenta de Twitter de su progenitor.

Mazatlán FC es el nuevo equipo de la Primera División. Tiene como carta de presentación un nuevo estadio, que podrá albergar a 20 mil aficionados, pese a que hasta hace unas semanas no tenía ninguno, aunque ya ha ganado muchos detractores.

El balón es el gran protagonista del futbol, pero la afición es quien le da vida. Ahora que los partidos se juegan sin gente por culpa del Covid-19 ha quedado claro. El ambiente de las gradas se ha esfumado.

¿Habrá quién detenga tanto crimen? Está claro que los dueños del balón NO; juegan con los sentimientos de los hinchas a placer, matan sus ilusiones mudando plazas, desafiliándolas o desapareciéndolas, como lo hicieron con los 70 años de tradición en Morelia.

¡Cuidado, Querétaro! El asesino serial ya tiene puesta la mira en tu ciudad.

 
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