Transmitiendo el partido Tigres vs. Atlas, se acerca un compañero camarógrafo y me dice "pues cuántos años tiene Gignac, lo veo mejor que nunca".
Qué razón tiene mi partner de la cámara, el francés, quien en el pasado había batallado para mantenerse en buena forma física, hoy a sus 33 años está dejando en ridículo a muchos jóvenes de la Liga MX.
Gracias a las redes sociales, hemos podido observar el entrenamiento casero de algunas figuras del futbol y los que seguimos la cuenta de Instagram del delantero francés, André-Pierre Gignac, sabemos lo mucho que se ha preparado por su cuenta.
Evidentemente, no basta con ver pequeñas historias de Instagram para asegurar el buen trabajo y la disciplina del francés, pero lo que estamos viendo en la cancha durante estos partidos de la Copa por México es para resaltarse y ponerse como muestra a muchos otros jugadores del futbol mexicano.
Estoy convencido que a pesar de ser uno de los veteranos de la Liga, Gignac ha enseñado una de las mejores formas físicas de toda la Liga MX, posteriormente al receso por la pandemia.
Para mí, el Covid-19 es una especie de acelerador, es decir que si venías haciendo las cosas bien, la pandemia aceleró la ventaja que ya le sacabas al resto, pero si venías haciendo las cosas mal, la pandemia simple y sencillamente te retrasó aún más de lo que ya estabas.
Nunca antes la autodisciplina de un profesional había estado tan a prueba como en estos últimos meses. No me refiero solo a los profesionales del deporte, también hablo de los profesionales que han convertido su casa en oficina.
Ahora, sin jefes o entrenadores que acarreen, la responsabilidad aterrizó casi por completo en los subordinados.
Desafortunadamente, ahora que el entrenamiento depende del individuo, más que nunca, es donde los problemas de disciplina del jugador nacional lucen evidentes. El contraste entre un joven mexicano como la "Chofis" López y un veterano europeo como Gignac es alarmante para cualquiera que le interese el futbol de la Liga MX.
Uno pensaría que tendría que ser al revés, que el joven nacional tendría que tener más hambre que un consagrado de las canchas y no me refiero hambre de comer, me refiero al hambre por trascender.
Una parte del problema es que el futbolista mexicano sigue sobreprotegido por un sector del periodismo nacional con bajo autoestima que sigue pensando que su trabajo depende de los que juegan en la cancha, en lugar de comprometerse con la responsabilidad de exponer este tipo de contrastes.
Los grandes jugadores de todos los tiempos suelen ser a prueba de tiempo y André-Pierre Gignac se ha convertido en uno de ellos.
Sus haters tienen varios años esperando su bajada y el francés luce más rayado (del abdomen) que nunca.
Twitter: @AldoFariasGzz |