Me toca ser un receptor de lo que el resto de México piensa sobre Tigres y, en verdad, no hay estadio en que no me los recuerden, independientemente de cuál sea el partido en turno.
Hay mensajes de todo tipo, pero en su gran mayoría buscan demeritar la grandeza de Tigres o simplemente burlarse del nuevo inquilino del penthouse del futbol mexicano.
Los ataques no tienen mucha variedad, al americanista le basta presumir su innegable grandeza, al chiva le encanta burlarse de la Final del 2017, el cruzazulino y el puma se van quedando sin argumentos, el rayado insististe que el título de Concacaf vale más que el de Liga, los Tuzos presumen las tres Finales que han ganado en Nuevo León y el resto de las aficiones hacen lo que pueden.
Algo que me llama la atención de esta especie de experimento social, es que mientras todos buscan hacer de su acontecimiento contra Tigres el más doloroso del nuevo rival a vencer en la Liga MX, los que conocemos el mundo tigre sabemos que ninguna de esas Finales dolió tanto como aquel 5 de agosto del 2015 en la cancha de River Plate.
En ese entonces, Tigres tenía solamente tres títulos de Liga y realmente no hacía muchos años que acababa de romper una racha de 29 calendarios sin título para obtener su estrella número tres.
Así que para ese momento la grandeza de Tigres, que hoy es una realidad, no estaba ni cerca de ser tema de conversación, tampoco la posibilidad de quitarle el trono de la ciudad a Rayados o de trascender en los medios nacionales.
Tomando esta realidad del 2015, me parece que Tigres veía a la Copa Libertadores como su única posibilidad de ser el mejor en algo. Ya que en ese momento y hasta la fecha ningún equipo mexicano ha ganado el torneo continental.
No olvidemos que la afición de Tigres está bien educada en cuanto al valor de los torneos internacionales, ya que en una década de tragedias visitaron en dos ocasiones La libertadores llegando una vez a Octavos y otra a Cuartos de Final.
Los equipos que han jugado varias veces este torneo y han llegado a la segunda ronda, pero sobre todo Cruz Azul y Chivas que al igual que Tigres han jugado una Final de Libertadores no me dejarán mentir.
Este torneo es especial, rodeado de folclor y el futbol más puro que nos queda en el mundo. Como directivo, entrenador, jugador, aficionado y a hasta periodista creces participando.
Toda América sabía que ese Tigres, que había terminado la ronda de grupos como el segundo mejor equipo detrás de Boca Jrs., era mejor que River, que la mesa estaba puesta para hacer historia y se desperdició.
Aunque podemos decir que esa Final perdida término por curtir al equipo de la década, pero también podemos decir que con esa Copa en las vitrinas, la grandeza de Tigres no estaría en duda a nivel nacional.
Twitter: @AldoFariasGzz |