El más popular de los equipos mexicanos sigue festejando su aniversario 114.
Once décadas y 4 años de un equipo que en realidad siempre ha sido mucho más que eso.
Porque el legendario Guadalajara, las Chivas, son una religiosa tradición, magnífico pretexto para identificarse con otras cosas, un peculiar caso como no hay otro en los aztecas lares.
El más popular y el más mexicano de los equipos, capaz de defender esa indeclinable mexicanidad a un nivel que ni siquiera puede verse en la propia Selección Nacional, el máximo representativo de nuestro futbol.
No impide el inquietante receso, la inusitada crisis sanitaria, que se celebre aunque sea internamente -y cada quien desde su casa- un año más de una historia futbolística sin equivalente alguno en el balompié mexicano.
Desde la etapa amateur, cuando el incipiente futbol era otra cosa, hasta la actualidad en la que los jugadores han llegado a cobrar y a cotizarse en sumas estratosféricas (algo que inevitablemente será reducido por los efectos del moderno y devastador Covid-19), las Chivas han estado presentes y escrito inolvidables páginas en esa larga historia del juego-deporte-negocio-espectáculo más consumido en nuestro País y en el mundo.
Si se trata de encontrar al mágico parteaguas en la rica y penetrante historia de las Chivas, resulta inevitable remontarse a la segunda parte de la década de los 50 y la primera de los 60, de 1956 a 1965, lapso en que obtuvieron SIETE títulos de Liga y adquirieron la dimensión y la popularidad de la que desde entonces han disfrutado.
Jugadores que forjaron la leyenda, aquellas "Chivas Sagradas", como Salvador Reyes, Héctor Hernández, Isidoro Díaz, Guillermo Sepúlveda, José Villegas, Jaime Gómez, Arturo Chaires, Tomás Balcázar, Sabás Ponce, Nacho Calderón y algunos más (principalmente cuando fueron dirigidos por Javier de la Torre, entrenador ganador de CINCO títulos de 1960 a 1970) ubicaron a este equipo en ese sitio especial que desde entonces ha ocupado en el ánimo de los aficionados mexicanos, mucho más allá de Jalisco y sus alrededores.
El enorme poder natural de convocatoria que las Chivas alcanzaron, sin parafernalia televisiva de por medio, las convirtió en un caso único y las llevó durante mucho tiempo a sentirse en su casa cuando jugaban en la Ciudad de México; o en Puebla, en Toluca, en Querétaro, en Pachuca.
A través de la exitosa historia rojiblanca, supieron asumir la responsabilidad que implica vestir esa incomparable camiseta futbolistas como Javier Valdivia, "Willy" Gómez, Fernando Quirarte, Javier Ledesma, Ricardo Pérez, Sergio Lugo, Demetrio Madero, Benjamin Galindo, Alberto Coyote, Ramón Ramírez, Gustavo Nápoles, Oswaldo Sánchez, Adolfo Bautista, Ramón Morales, Omar Bravo, Rodolfo Pizarro y varios más. Y supieron hacerlo como directores técnicos los más recientes campeones: Alberto Guerra en 1987, Ricardo Ferretti en 1997, José Manuel de la Torre en 2006 y Matías Almeyda en 2017.
Unas ejemplares Chivas, ahora urgidas de alimentar su actualidad acorde con esa nutrida y brillante historia primordialmente escrita por otros.
Después de festejar, que vean si pueden y saben cómo.
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