La Selección Mexicana intentará dar el viernes otro firme paso rumbo a Rusia 2018.
Al recibir en el Estadio Azteca a Costa Rica, los tricolores irán en pos del liderato de ese Hexagonal que arrojará por lo menos tres equipos para la Copa del Mundo.
Ese liderato ocupado por la escuadra tica lo ocupará, al concluir la tercera jornada, el conjunto mexicano si es capaz de salir airoso de este compromiso.
En el afán de conseguirlo, Juan Carlos Osorio puso especial énfasis en el renglón físico, en la importancia de hacer que la altura de la Ciudad de México vuelva a ser un factor que pese a favor y no en contra, para lo cual recurrió a la novedosa concentración en Cuernavaca.
Obviamente, a igualdad de condiciones futbolísticas puede ser la parte física la que incline la balanza en cualquier partido. Pero la principal tarea del cuadro tricolor deberá ser, precisamente, la de lograr imponer condiciones a partir de la hegemonía futbolística, de jugar mejor y el superior manejo individual y colectivo de la pelota.
Contando con la base de futbolistas que juegan en Europa, el equipo mexicano debería empezar a recordarles a todos los concakafkianos adversarios que lo del anterior ciclo mundialista fue un simple accidente, y que para cualquiera de ellos sacar puntos del Estadio Azteca volverá a ser muy difícil materia.
Si el nivel de esta Selección no da todavía como para esperar un papel sobresaliente en eventos mundialistas, sí es el suficiente para exigir una eliminatoria sin mayores dificultades en el trayecto, sin sobresaltos en el camino.
Un camino que con los 4 puntos obtenidos en sus primeras dos visitas los tricolores allanaron sobremanera.
A ver si así siguen el viernes en la noche... allanándolo aun más.
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