El 'solidario' Pues esto de que América se quedó sin Liguilla destapó algunas situaciones más allá de lo que mermó al equipo la salida de Ricardo Peláez y el formal adiós de Ricardo La Volpe.
Me cuentan que mientras los jugadores de las Águilas hacían todo por clasificar a la Fase Final, y un lesionado como el defensa Paolo Goltz estaba a cada partido en el estadio apoyando a sus compañeros y otro lesionado como Renato Ibarra estaba a diario en el club esforzándose en su rehabilitación para acortar el tiempo de recuperación, un personaje se la pasó entre Paraguay y Cancún en los últimos días, y andaba precisamente en Quintana Roo el día en que las Águilas cayeron ante Pachuca.
No, no me refiero a Pablo Aguilar, quien a pesar de estar suspendido entrenó diario; les estoy platicando de Cecilio Domínguez.
Resulta que el guaraní no puede jugar por la lesión en el hombro, pero al no ser un problema que le impida caminar, pues se fue a su tierra a tomar unos días de descanso, donde anduvo en nutrida vida social y posaba en los antros con la manita colgando del cabestrillo.
Y ya de vuelta a México se fue a Cancún, que porque ahí se iba a rehabilitar, a diferencia de Goltz, Ibarra y hasta Paul Aguilar, que lo hicieron en la Capital.
El tema es que la noche del sábado, mientras Goltz hasta bajó al vestidor para animar a sus compañeros, Cecilio, muy quitado de la pena, siguió en las playas de Cancún y quién sabe si al menos vio el partido en televisión, porque muy solidario no parece.
El ídolo Aún hay quien lo da todo por conocer a sus ídolos.
Julio Muñoz, preparador físico de Cruz Azul, se enteró que Diego Alonso, técnico del Pachuca, pisaría el mismo hotel en el que se hospedaba La Máquina antes de viajar a León y resulta que es un recalcitrante seguidor del Atlético de Madrid y que uno de sus ídolos es Alonso, quien vistió la playera rojiblanca en 2001.
Por eso, mientras el resto de la plantilla celeste apretó el paso para viajar a León, Julio pidió que le aguantaran un poquito para encontrarse con Alonso y pedirle una foto.
El camión celeste tomó camino al aeropuerto y Julio seguía postrado en la entrada del hotel a la espera del DT de los Tuzos. Una vez que el autobús del Pachuca arribó y que Alonso fue el primero en bajar, Julio le espero con la ilusión de un niño, le pidió una foto, intercambiaron palabras, con todos los nervios del preparador, quien tras ese detalle salió casi corriendo rumbo al aeropuerto, con una sonrisa que da gusto, junto a otros tres elementos del cuerpo técnico celeste que lo esperaron como buenos escuderos.
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