Plaga de lesiones Tanto hemos tocado el tema de los pobres Pumas por aquí que ya hasta siento gacho seguir con el chismerío auriazul, peeeeero este descanso de la Fecha FIFA parece que en lugar de ayudarle le está aumentando dramatismo al asunto de los lesionados, pues el problema sigue agudizándose.
Fíjense que me contaron que la semana pasada se le vio al argentino Mauro Formica muy preocupado allá por el área del Hospital de Xoco buscando unos estudios para la valoración de un problema en uno de sus tobillos, eso sí, no me dijeron de cuál. Para nadie es un secreto que El "Gato" no ha andado bien físicamente desde que volvió a México y pues parece que la maleta que se trajo de su país venía traía más lesiones que ropa, lo cual apenas explica el casi nulo aporte del atacante en este torneo para los Pumas.
Y ya que hablamos de amolados, a lo mejor no se han dado cuenta pero el arquero suplente Bernabé Magaña, que ya dio de qué hablar en la Copa MX con algunas buenas actuaciones y uno que otro oso horroroso, fue visto con un cabestrillo, lo cual no es nada bueno, pues si nadie le mete presión a Alfredo Saldívar, pues es improbable que supere el pésimo momento por el que pasa, porque no creo que El "Pollo" se siente muy amenazado por el tercer arquero auriazul, José Alberto Castillo, que aún no debuta con el primer equipo, aunque como andan las lesiones en Pumas, no vaya a ser que se estrene por necesidad.
Y de Nico Castillo mejor ni hablamos...
Como virus FIFA Miren que Edgar Méndez no necesitó de la famosa "adaptación" (usualmente de 6 meses o más en La Noria) para brillar con Cruz Azul, con todo y que tiene un enemigo poco usual, pues al español le han pegado gacho las Fechas FIFA desde su arribo a México.
No es que el atacante sea convocado a La Roja y luego regrese cansado o lesionado a La Máquina, el problema es que ha aprovechado esas pausas para darse mini vacaciones usualmente con saldo negativo.
El pasado septiembre Méndez aprovechó que Paco Jémez le dio el fin de semana a sus pupilos para irse a Las Vegas a apostar un rato en los casinos y disfrutar un poco la vida junto a su novia y amigos. El problema se dio a su regreso pues en el duelo ante Puebla estuvo para llorar dentro de la cancha, tanto que hasta su entrenador lo sacó de cambio.
Para esta ocasión, el europeo decidió irse a Los Ángeles y esperemos que se haya ido a cotorrear sanamente a Disneylandia y no a experimentar el vértigo extremo de los Estudios Universal, porque el juego que sigue es contra el América, y ahí no puede darse el lujo de volver a arrastrar las piernas.
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