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Con el triunfo en las venas
Francisco Javier González | 08-03-2018
en CANCHA
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La declaración de Arrigo Sacchi de visita en París tiene los méritos para convertirse en célebre: "Vine a ver al PSG con el cuchillo entre los dientes y vi al Real Madrid con un cigarro en la boca".

José Sámano, una pluma española sumamente acreditada, preguntaba en la víspera del juego cómo tratar de ser el Madrid siendo el PSG. Y ciertamente, no lo fue.

En Londres se siguen preguntando que pasó con el Tottenham, dominador del partido pero recurrente en su historia: es cierto que fue el primer equipo inglés que ganó un torneo europeo en la década de los 70. Y que ganó dos Copas de la UEFA más adelante. Pero dejó de ser triunfador hace mucho tiempo.

La Juventus y el Real Madrid son grandes casi desde siempre. Y volvieron a avanzar, uno con más sufrimientos que el otro, pero están ya en la siguiente ronda de la Champions.

¿Qué pasa con los perdedores? ¿Por qué el PSG y el Tottenham, pese a la fortuna invertida en el plantel por un lado y el dominio al que sometió a la Juve el otro, terminaron repitiendo su historia?

Una de esas teorías que invitan a la metáfora y a la épica futbolera dice que hay equipos que en su ADN poseen la victoria. Que es algo heredado de generaciones anteriores que aprendieron a ganar aun en las peores circunstancias y que ese peso de camiseta es el que termina salvándolos del naufragio en ocasiones importantes. El Madrid puede perder con el Alcorcón alguna vez y la Juve contra el Ancona. Pero no en esos juegos en que se juega algo importante y el rival no tiene la misma estirpe. Es el caso.

Por supuesto que detrás de un rescate como el de ayer en Wembley, en esos dos minutos que sirvieron a la Juve para darle la vuelta al marcador, hay clase en el plantel, experiencia, manejo y un poco de esa suerte que colabora con su granito de arena en las ocasiones fundamentales. Esa que en el último suspiro del instante final, vio un balón cimbrando el metal de la puerta de Buffon en lugar de meterse a ella y provocar el tiempo extra.

Como todo tiene dos lados, el equipo vencedor tiene en contraparte uno que no sabe ganar, que se queda en la orilla y tendrá que seguir luchando contra ese magnetismo, carga genética, calidad de plantel o designio divino que no le permiten trascender como los grandes de la historia.

Y así, el City pierde en casa frente a un Basel cuya hazaña no va más allá porque se decidió en la ida. Y el Liverpool empata en casa pero ante un Porto ya destrozado. Y Barcelona deberá pasar sobre el Chelsea por dura que sea la batalla.

Es difícil ingresar al club de los históricos.

Parecería, sí, que son grandes desde la cuna.

 
Twitter: @FJG_TD
 
 
 
 
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C.P. por la Universidad La Salle. Ingresó a los medios a los 14 años. Trabajó en radio y en 1985 ingresó a Imevisión, hoy TV Azteca, donde permaneció 16 años. Ha ocupado, entre otros cargos, la Jefatura de Deportes de TV UNAM, de Noticiarios Deportivos de Imevisión, la Gerencia de Deportes de Grupo Acir y, actualmente, las direcciones de contenidos de Estadio W y de Estadio W para la cadena SKY. Ha cubierto 7 Mundiales de fútbol y 4 Olimpiadas.
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