Chivatón
 
No le den vueltas. En las Chivas hay broncas de lana.

De hecho, Jorge Vergara no vende a la Chiva Loca nomás porque no halla la factura, que si no, la enviaría envuelta y con moño.

En el futbol mexicano, bueno, en general en todo el mundo, hay una falsa creencia de que los equipos de futbol son propiedad pública, pero son negocios de empresarios que arriesgan capital y esperan retorno.

El Monterrey ya apalabró a Rodolfo Pizarro, quiere a Matías Almeyda y también está interesado en Alan Pulido. O sea, todo lo que sirva para ganarle una Final a sus archienemigos Tigres (les diría que les saldría más barato nomás llevarse a Luis Enrique Santander, pero mejor no, porque luego los chivahermanos me la refrescan y pues en este día se siente más feo).

Lo que no se han dado cuenta en el Omimperio es que los aficionados -con el liderazgo del dueño- tienen la posibilidad de revertir la situación. A ver, traigan papel y lápiz.

· Se supone que como en-todo-México-hay-un-chivahermano (y también en EU) pues cuentan con 40 millones de aficionados, o al menos esa es la cifra que siempre maneja Almeyda y compañía.

· ¿Qué les parecería si las Chivas sacaran una especie de bono/acción/vale o como quieran llamarle de a 100 pesos cada una, que iremos redondeando en 5 dólares?

· Si cada chivahermano comprara una chivacción ¡una sola! el Rebaño de inmediato se capitalizaría ¡con 200 millones de dólares! (hay meses que no los gano).

· A través de algún instrumento financiero transparente para aquellos que cooperaron, se pondrían candados para que este recurso únicamente pueda gastarse en contratar jugadores o pagar sueldos de titulares del primer equipo.

· ¿Qué habría a cambio? Pues, primero, la satisfacción de sacar al chivo de la barranca. Pero podría haber otro tipo de retornos, como la posibilidad de canjearlos en boletos para los juegos, pases para visitas guiadas al Estadio Akron o artículos conmemorativos en la tienda oficial, como playeras o tazas de café con la leyenda "Yo salvé a las Chivas".

· Cada compra generaría un código similar a las tarjetas de iTunes o Spotify, que serían responsabilidad del propietario y que incluso puedan ser transferibles o usadas de regalo. Ah, y tendría una validez de entre 5 y 10 años.

¿Se imaginan lo que podrían hacer con esa cifra? No sólo no se iría nadie del Rebaño, sino que podrían repatriar al "Chicharito", ponerle harto aguacate encima y hasta bañarlo con gasolina Premium.

Omnigodínez: Junten sus sillas, formen grupos de tres y discutan.

 
 
Racismo
 
Vaya la que se le armó a Arturo Brizio cuando el guerrerense Adalid Maganda lo acusó abiertamente de marginarlo del gremio arbitral porque -en sus propias palabras- era un "pinche negro".

A mí no me consta que el presidente de la Comisión de Árbitros le haya dicho eso, pero lo que sí que no es la primera vez que este señor recibe una acusación de este tipo, sólo que la memoria es muy corta.

No sé si se acuerden, pero a finales de los años 80 y principios de los 90 había dos morenazos en los Correcaminos que eran capaces de ir de lo sublime a lo ridículo en un mismo partido: en un momento metían un golazo al ángulo y a la siguiente jugada hacían "El ossseee de le semaneee", decía Enrique Bermúdez de la Serne, en Acción.

Les hablo de los hondureños Richardson Smith y Raúl Martínez Sambulá, quienes en más de una ocasión se quejaron públicamente que Brizio profería insultos racistas contra ellos cuando les tocaba pitar sus partidos.

Si en aquel entonces nada pasó, ¿se imaginan ahora que Arturo tiene poder?

 
 
Reconocimiento
 
Conocedores de futbol, el jueves 24 de mayo habrá dos partidos en reconocimiento a Pepe Delgado, quien padece Alzheimer. Primero jugarán veteranos del Atlas y luego se enfrentarán los Zorros de 1999 y las Chivas de 1997, en Colomos.

El destacado niño catedrático se merece esto y más, así que apúntense. Las entradas costarán 50 pesos, para niños, y 100, para adultos.

Honor a quien honor merece.

 
 
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