Hay atajadas que valen 3 puntos, otras que son determinantes para pasar una eliminatoria y unas poquitas más que sirven para obtener campeonatos.
En la memoria de los aficionados Pumas y americanistas queda por siempre aquella jugada de último minuto, en la Final de vuelta de la Temporada 1990-91, en la que Zague desborda por izquierda, no se deja caer, manda el servicio hacia el punto penal, llega Alejandro Domínguez, barre y conecta su remate raso y con fuerza, justo a donde se encontraba Jorge Campos, quien atrapa el balón con medio cuerpo dentro de la portería. Ese remate significaba el título para el América... la atajada del "Brody" significó el título para Pumas, luego de perder 2 Finales contra las propias Águilas.
En menos de una semana hemos sido testigos de 2 atajadas memorables con porteros argentinos de la Liga MX: Marcelo Barovero y Agustín Marchesín.
Durante la Final de la Concachampions, Monterrey ganaba 2-0. Para el segundo tiempo ingresó el francés Gignac con Tigres. Bastaron 10 minutos para recibir un centro del "Chaka" Rodríguez desde la derecha y, a la altura del penal conectó el francés de cabeza, a contra pie de Barovero. La pelota botó y cuando parecía que se convertiría en gol, apareció la mano izquierda del "Trapito" para desviar a tiro de esquina.
La atajada del arquero de Monterrey resultó determinante, a pesar de que no sucedió en los minutos finales. Gignac acercó a su equipo, pero fue ya muy cerca del silbatazo final.
El domingo 12 de mayo, ahí sí, en el último segundo del partido, Marchesín realizó lo que puede ser considerada como la mejor atajada del torneo. No por su complejidad, sino por el entorno, el rival y la precisión con que lo hizo. Con el marcador 2-3 a favor del América, Cruz azul necesitaba un gol y presionaba constantemente. El árbitro agregó 4 minutos, pero de manera inexplicable, una vez cumplidos, permitió que continuara el partido, hasta que llegó el tiro de esquina a los 94 con 45 segundos. Se cobró por la izquierda y con la pierna izquierda, de esa manera el balón abrió, entre varias cabezas apareció la de Pablo Aguilar, se impuso y conectó firme. El balón se disponía a botar sobre la misma línea de gol, pero aparecieron las manos de Marchesín para detener y atrapar. El brazo izquierdo dentro de la portería, el derecho presionaba el balón sobre la misma línea. Todo quedó congelado y nadie pudo suponer un final más emotivo para el triunfo del América.
No todas las atajadas memorables tienen que ser en el último segundo, aunque por supuesto esas ocupan un lugar muy especial en el recuerdo de la afición. Digamos que el mejor portero no es el que menos errores tiene, ni el que más se luce, sino el que interviene acertadamente en los momentos que su equipo necesita y, por lo tanto, sus atajadas pasan a ser enmarcadas eternamente, como las de estos 3 arqueros.
Twitter: @FELIXATLANTE12
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