Señoras y señores, llegando de Madrid, del partido de futbol de la Champions League, una ciudad siempre preciosa en la que se camina muy bien a excepción del sábado por la noche, cuando los ingleses alentaban a sus equipos en buena parte de la ciudad capital de España.
La mayoría muy fuertemente, pero son los excesos que producen las grandes concentraciones de seguidores de los equipos.
La gente del Liverpool se portó muy bien en el Wanda Metropolitano, cantó como nunca, es una de las aficiones que más canta y que más empuja a su equipo en todo el mundo.
La fanaticada del Tottenham se fue perdiendo, muy fría como su equipo y un penalti que marcó el árbitro esloveno Damir Skomina, a los 23 segundos del juego, condicionó el partido.
Hizo más temeroso al Tottenham y el Liverpool manejó más el juego. Se tiró atrás al mediocampo a esperar.
El equipo de Mauricio Pochettino no reaccionó y él entrenador tampoco.
Harry Kane desapareció, Dele Alli también, Christian Eriksen ni siquiera apareció en el encuentro y el Tottenham se fue perdiendo mientras avanzaba el partido.
Liverpool manejó el 1-0 tranquilo hasta el minuto 88 que selló su victoria con otro gol anotado por Divock Origi, que por cierto ha hecho parte de los últimos goles del Liverpool en la Champions League.
Un triunfo merecido sí, un partido de Champions poco emocionante también, porque había tenido Semifinales muy emocionantes en la ida y vuelta porque hubo remontadas tanto del Liverpool sobre el Barcelona en Anfield como del Tottenham sobre el Ajax en la Arena Amsterdam.
El sábado el Tottenham mostró poco futbol y poca imaginación de Pochettino de meter al final a Lucas Moura, quien había sido el héroe en Semifinales, para intentar hacer algo, ahí se movió poco el equipo.
Jürgen Klopp no movió a su equipo, lo mantuvo tranquilo y se llevó la victoria y el trofeo.
Es su sexto título como monarca europeo, muy lejos del equipo que va arriba como el Real Madrid, que tiene 13, pero se va acercando a otros como el Milan y el Bayern Múnich.
El Tottenham se quedó en su primera Final de Champions y la pasó bastante tímido.
El público fue lo mejor, llenó el estadio Metropolitano, cantó, invadió las calles de Madrid y eso es lo que produce la Final de la Champions League.
Ha habido Finales de Champions más emocionantes, pero se acabó y ahora los equipos fuertes empiezan a mover el mercado.
Barcelona, Real Madrid, PSG, Juventus, Manchester City, Manchester United, todos se están moviendo para llegar a la Final en Estambul, Turquía, el próximo año.
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