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Con un ojo al gol y otro al corazón
Homero Fernández | 14-06-2014
en CANCHA
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Arrancó el Mundial y está la mesa servida con más de 60 partidos, algunos muy emocionantes y otros que pasan desapercibidos para el mejor de los fanáticos.

Antes, durante y después de estos duelos los estímulos emocionales y gastronómicos bombardean los organismos de mujeres y hombres, de grandes y chicos, de flacos y gordos.

Sin saberlo, muchos de esos espectadores ingresan a una zona de peligro donde la vida, o mejor dicho la muerte, les puede meter un gol de esos que liquidan el partido.

Cardiólogos de todo el mundo han visto en el fenómeno del futbol, especialmente en los Mundiales, un motivo para investigar si hay una relación directa entre la cantidad de infartos al miocardio y los partidos donde se involucra el paciente.

Hasta ahora las conclusiones no son definitivas. Por ejemplo, de cuatro estudios basados en admisiones hospitalarias durante estos torneos cuatrianuales la mitad no confirma la hipótesis del aumento.

Sin embargo, otro trabajo registra que en Inglaterra los infartos aumentaron durante dos días después de la eliminación de su equipo por penales de Sudáfrica 2010.

Siete investigaciones similares reafirman los riesgos cardiacos, especialmente en los juegos que se definen por la pena máxima.

Médicos uruguayos trataron de establecer lo que llamaron el "síndrome Abreu" a partir de un caso de una mujer de 39 años infartada después de ver la tanda de penales dramáticos de los uruguayos contra Ghana, que se decidió con la ejecución del delantero celeste al estilo Panenka.

Las investigaciones establecen que pueden ser más frecuentes estas emergencias en aquellas personas con coronariapatía preexistente, aunque en el caso mencionado la mujer no la presentaba.

Un investigación alemana, que recoge registros de 12 años, asegura que los hombres son los más expuestos a la amenaza cardiaca; que la misma crece cuando juega la Selección germana y que puede suceder hasta dos horas después del partido. Los números establecieron un aumento de 2.7 veces en la incidencia de cuadros coronarios durante el Mundial Alemania 2006, que ganara Italia.

Los médicos señalan que además de las emociones que se producen en la cancha, la ingesta de alcohol, el aumento del consumo de tabaco o de café, más alimentos ricos en grasas y carga de sal multiplican los riesgos, sobre todo para los hipertensos.

Si a todas estas condicionantes les agregamos los horrores arbitrales como los del colombiano que le quitó dos goles a México, o el del japonés que regaló un penal a Brasil, o el del italiano a España, está claro que en el Mundial 2014 un nazareno de la FIFA puede ser más peligroso para el corazón que 6 cervezas, 5 tequilas y una buena botana.

 
hfernandez@reforma.com
 
@mundodepelota
 
 
 
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