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Auto compacto
Diego Milán | 08-07-2014
en CANCHA
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Hoy dediqué toda la mañana a trabajar a distancia desde el departamento. Aun con la tecnología, nunca será igual revisar correos electrónicos, pagarle a proveedores y otras cosas en una tablet que estar en la comodidad de la oficina.

Luego de sufrirle horriblemente con las conexiones de internet por acá, la del departamento es bastante rápida.

Recogimos la lavandería más cara de la historia, tomamos un taxi a Leme y cuando llegamos a recoger el auto que habíamos reservado en Hertz, por 8 minutos que llegamos tarde nos aplicaron el "lo siento mucho, su reservación fue cancelada y ya no contamos con más unidades".

Sobra decir las muchas culebras e improperios que salieron de mi alma a través de mi boca en portugués, inglés, español y alguna lengua muerta que seguramente aprendí en algún sueño, aún no definido si erótico o satánico.

Afortunadamente, la avenida donde se encuentra esta agencia de renta de autos está llena de locales de la competencia y, aunque otras marcas gringas tenían el mismo problema de falta de autos, llegamos a Movida; no, no es la amante de alguien, sino una marca local.

Me dijeron que sólo tenían carros grandes, lo que me pareció formidable, porque el parque vehicular brasileño realmente es patético. El precio no era prohibitivo en relación con nuestro México lindo y querido, así que acepté.

La sorpresa al llegar el carro es que era algo así como un polo con cajuela. El carro se llama Voyager y en México estaría en la categoría de subcompacto, pero jamás grande.

No es que yo quiera una carroza fúnebre, pero realmente un carro así de pequeño lo no es sólo del habitáculo, sino también del motor. Aunque acá la velocidad máxima en las autopistas es de 100 km/h, realmente para un rebase u otra maniobra sí se agradece mayor tamaño. Ya ni hablemos de la estabilidad en las curvas, aunque es bastante económico, pues acá la gasolina cuesta un 30 o 40 por ciento más cara que en México y eso que también es un país productor de petróleo.

Afortunadamente, le hice caso a un taxista de Sao Paulo cuando anduve por aquí con Adrián y nos desviamos a un pueblito maravilloso. La historia de este lugar se las guardo para la edición del viernes, pues tenemos planeado volver el jueves, ya que está hermoso. Por lo pronto, nos dirigimos a Sao Paulo a pasar la noche, pues ya tenemos reservación allá.

 
 
@hungaro_camara
 
 
 
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