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Representatividad desfasada
Roberto Gómez Junco | 20-12-2014
en CANCHA
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Con un decoroso saldo para el balompié mexicano hoy culmina, en términos futbolísticos, este 2014.

Decoroso principalmente por el buen papel de la Selección Mexicana en la Copa del Mundo, después de haber llegado a ella tras ofrecer una de sus peores actuaciones en Eliminatorias Mundialistas (por mucho la peor bajo el formato de visita recíproca).

Una escuadra de la que no se esperaba mucho por esos inquietantes antecedentes y porque Miguel Herrera la tomó en condiciones de urgencia y con poco tiempo para componerla, terminó por ofrecer una sobresaliente actuación en canchas brasileñas, aunque se haya quedado en esa misma instancia alcanzada desde 1994 por todos y cada uno de los máximos representativos de nuestro futbol.

Pero este año nos ofreció, además, la coronación del mejor equipo del Torneo de Apertura 2014: el América.

Si en el anterior torneo se había contado con un brillante campeón (el León) con una propuesta futbolística que quisiéramos ver más seguido por estos lares, en el segundo se contó con un justo campeón, con el equipo que mejor supo hacer las cosas en cada una de las fases del torneo.

Así, con la más elemental "justicia futbolera" (que no siempre prevalece en este juego que suelen ganar quienes menos lo merecen), casi casi terminó el año en lo futbolístico, aunque al Cruz Azul le falte escribir hoy el último y pequeño capítulo.

Para variar, al Mundial de Clubes asistió un equipo mexicano muy lejos de ser en ese momento el mejor representante posible, y el resultado fue tan inevitable como normal: venció a una modesta escuadra australiana y ofreció una tímida, pobre resistencia ante un poderoso Real Madrid ni siquiera empleado a fondo.

Al margen del lugar que finalmente ocupe el Cruz Azul en este torneo, es indudable que al mismo podrían llegar mejores equipos mexicanos si éstos mostraran un mínimo de consistencia en su desempeño, si fueran capaces de mantener, un año después, el nivel de juego que les permitió ganarse el boleto.

Pero mientras nuestros campeones y subcampeones solamente lo sean "de ocasión" (¿Dónde quedaron aquellos Xolos y qué ha pasado con el bicampeón esmeralda?), una y otra vez esa representatividad en el Mundial de Clubes seguirá quedando desfasada y muy poco podrá aspirarse a un papel destacado.

¿Se animarán el América, los Tigres, o algún otro, a ofrecer un ejemplo distinto?

Habrá que verlo.

 
gomezjunco@reforma.com
@rgomezjunco
 
 
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Futbolista de Primera División desde 1975 hasta 1988 (Atlético Español, Tigres, Monterrey, Guadalajara y Toluca). Seleccionado nacional en 1980. Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Columnista del Grupo Reforma desde 1989 y comentarista en televisión desde 1992.
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