Hay cosas que nunca cambian, como por ejemplo, la ilusión de una directiva de futbol en pensar que en su equipo jugadores, como Ronaldinho, van a transformarse en profesionales responsables, cumplidores y, pese a su avanzada edad, seguirán jugando el futbol que un día los hizo grandes. No sabían lo que están haciendo.
Ronaldinho siempre ha sido así de irreverente e irresponsable.
Lo que hizo con el Querétaro lo hizo con equipos de mucho mayor envergadura como el Barcelona, Flamengo, Atlético Mineiro y hasta con la Selección de Brasil, como pensar que con el pequeño equipo mexicano las cosas serían distintas.
Ronaldinho regresó el viernes de sus largas vacaciones como si nada hubiese pasado, mientras su directiva estudiaba la posibilidad de sancionarlo, lo que creo no sucederá y si así fuera no deberá preocupar en lo mínimo al famoso "Dinho", quien se dejó ver en las redes sociales con una sonrisa de oreja a oreja.
Recuerdo que cuando el Querétaro anunció su contratación yo escribí sobre el tema.
Mencioné que por obvias razones, en la cancha el brasileño daría minúsculas pinceladas de lo que fue un día como futbolista, pero que de seguro fuera de ella su polémico y enorme repertorio de desapariciones y pachangas era lo único que seguiría intacto.
También critiqué a la directiva de los Gallos que con el afán de vender camisetas y publicitar a sus colores regresó a los viejos tiempos en donde el futbol mexicano utilizaba a los cracks al borde del retiro para hacer atractiva la liga azteca, aunque lo único que ofrecían en pro del futbol mexicano eran sus nombres.
Pero los tiempos han cambiado, ese tipo de jugadores que sí es cierto, causan muchas expectativas con su llegada, pero lamentablemente en el ámbito deportivo dejan mucho que desear y la motivación de tenerlos en el plantel tiene vida corta y termina por causar más problemas que ser una solución.
Como diría Tomás Boy: "Ah, directivos de Querétaro, tan ingenuos que pensaban que iban a poder controlar a Ronaldinho".
Quien estuvo contento hasta antes del viernes fue Nacho Ambriz, quien estaba preparando su equipo para jugar como tal y sin el compromiso de tener, a fuerzas, que armar su cuadro titular para jugar para el brasileño.
El regreso de "Dinho" le complica la vida a Ambriz, ya que individualmente aporta poco y colectivamente no aporta nada. ¡Pobre Nacho!
¿Y qué onda con Dorlan Pabon?
Imaginen ustedes si el colombiano jugara lo que jugó Ronaldinho hace años atrás, creo que se presentaría para la Jornada 7, pero del Apertura 2015.
Feliz año nuevo a todos.
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