Amables aficionados, todavía reverberan las carcajadas entre los jugadores de la NFL sobre una de las excusas más ridículas que se han escuchado, la de Ndamukong Suh, quien fue suspendido un partido por pisotear dos veces el tobillo de un postrado Aaron Rodgers: "Es que tenía los pies entumidos y no sentía que lo estaba pisando".
Más extraordinario es que el adjudicador de la Liga se engulló la fábula y le eliminó la suspensión cambiándolo por una multa de 1 millón de pesos.
Total, la NFL más próspera, Detroit feliz porque su estrella de la línea defensiva jugará hoy, y el pisoteado sólo pudo declarar esta semana que sentía que le estaban reventando el Talón de Aquiles.
Pero es que estaba entumido, caray. La NFL terminó el año como lo transcurrió, haciendo el ridículo con sus sanciones.
Intrigante pinta el duelo en Dallas.
Los Vaqueros han fincado su éxito esta campaña en un potente y dominador ataque terrestre, siendo líderes en la Liga en tiempo de posesión y permitiendo a Tony Romo escoger muy bien sus momentos para el ataque aéreo.
Tendrán que hacerlo hoy frente a la mejor defensiva terrestre de la NFL, la de Detroit, lo cual no será un logro sencillo.
Es muy probable que el peso del partido caerá más en los hombros de Romo.
En las 4 victorias del mes pasado, Romo completó el 74.8 por ciento de sus envíos, con 12 para anotación y un índice de pasador de 133.7, el mayor número en diciembre en la historia de la NFL.
En la campaña, Romo fue el líder con 113.2, porcentaje de pases completos de 69.9, y promedio de yardaje por pase de 8.52. Fue el mejor en envíos completos en tercera oportunidad con 67.5 por ciento.
Así que este es el momento para que Romo pueda exorcizar sus fatales números de diciembre que lo han marcado.
Atrás de una excepcional y joven línea ofensiva, y contando con receptores como Dez Bryant (16 recepciones de TD), Jason Witten, Terrance Williams, Cole Beasley, además de las carreras de DeMarco Murray, Romo tiene a su disposición un armamento como nunca antes.
A ver si los puede aprovechar, porque sus detractores, muchos todavía, ahí están al acecho esperando su tropezón.
Por ahora, hacemos una pausa...
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