Terminada la Liga MX, dígase de pasaje con una Final que me sorprendió y a la vez me encantó su desarrollo, estamos teniendo que lidiar con el pasado y el presente tan cochino de los dirigentes que han manejado a su antojo y manoseado a nuestro deporte.
Siempre ha sido motivo de desconfianza todo lo relacionado con la FIFA, el máximo organismo del futbol mundial, y ojalá éste sea el inicio de un verdadero y necesario cambio en la administración del deporte más popular y hermoso del mundo.
Y mientras afuera de las canchas los dirigentes Fiferos son, finalmente, exhibidos por su falta de valores, dentro de ella el futbol sigue en su lucha por mantenerse vivo y cumpliendo con su objetivo, pese a todo.
Para no amargarme el día con tanta cochinada, mejor escribo sobre las cosas lindas que el futbol nos ofrece y entre ellas está la Final de la Champions League.
El Barcelona y la Juventus decidirán mañana quién se queda con La Orejona y logra el triplete: Liga, Copa y Champions.
Voy al Barsa.
Respeto el futbol italiano y sé lo fuerte que suele ser en las Finales.
La dureza mental de los jugadores de La Juve, combinada a la capacidad individual, hace que no la descartemos jamás de la posibilidad de llevarse el título.
Pero el Barcelona es un equipo único, me encanta el descaro con que juega al futbol, su forma de jugar no varía: "Que se preocupen los adversarios", eso es lo que creo que piensan antes de cada partido.
La fortaleza de la Juventus es su defensiva, pero puede que se vea debilitada por la ausencia de su defensa central titular Chellini, por una lesión muscular.
Todos deben estar pensando, el Barsa debe ser precavido en su zona baja, ya que la forma de atacar de los italianos será a base de contragolpes ¿Y cómo ser precavidos y descarados al mismo tiempo?
Comenzando por no perder la pelota en la salida y que de perdido uno de los contenciones siempre esté atrás de la línea de la pelota cuando estén atacando.
Me gustaría que ganara el equipo español, pero en un juego de tamaña envergadura el único pronóstico seguro es que será muy fácil disfrutarlo.
Seguramente habrá un gran ambiente, un partido que no sólo definirá el campeón sino también marcará la despedida de Xavi Hernández del Barcelona.
Un motivo más para que sus compañeros le brinden algo que perdurará para siempre, su título 25 con la camiseta blaugrana.
Motivos hay de sobra para que mañana nos olvidemos de todas las cochinadas de los directivos de la FIFA y disfrutemos de lo que realmente nos apasiona.
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