La Bundesliga reanudará sus futboleras hostilidades este sábado 16 de mayo.
Si al Covid-19 no se le ocurre decir otra cosa en estos días, volverá a la acción una de las cuatro ligas de mayor nivel futbolístico en el mundo. Pero lo hará, por supuesto, con los debidos lineamientos y restricciones: jugadores adecuadamente revisados, partidos a puerta cerrada, un máximo de 300 personas presentes entre futbolistas, cuerpos técnicos y médicos, trabajadores del estadio, etcétera; y la advertencia de que todo podría suspenderse si a los aficionados se les ocurre aglomerarse en los alrededores de los estadios o en cualquier otro sitio.
Un alemán ejemplo que, para bien o para mal, servirá para que en otras ligas vayan tomándose paulatinamente las medidas pertinentes en el afán de reanudar el juego del futbol de más alta competencia.
Mientras los torneos en Francia, Holanda y Bélgica han quedado oficialmente concluidos, en España el retorno a las canchas podría producirse a mediados de junio, y tanto en Italia como en Inglaterra también está contemplado que sea junio el mes del regreso.
En la Premier League, con el Liverpool como inminente y virtual campeón (algo que no había conseguido desde hace 30 años), la reanudación del torneo servirá, como en otros casos, quizá para dirimir los puestos para la Champions League del 20-21, si es que no son definidos antes.
En realidad, en las cuatro grandes ligas europeas que se disponen a reanudar y completar los respectivos torneos, en mayor o menor medida lo primordial radica en empezar a reactivar el negocio del futbol, sobre todo en lo que se refiere a los ingresos por la vía de la televisión, por la transmisión de partidos a nivel local, nacional e internacional.
En Alemania, por ejemplo, se habla de que son 750 millones de euros los que están en juego por los derechos de transmisión por televisión de las nueve jornadas que faltan para concluir el torneo (de la 26 a la 34); y los jerarcas de la liga afirman que para varios equipos la repartición de ese dinero resulta vital para su existencia: si no se lograra reanudar y completar el torneo, la Bundesliga no podría seguir funcionando como lo hacía, ante el inevitable hundimiento económico de algunos clubes.
Y en lo que respecta a la Liga MX, aunque las cantidades sean distintas las necesidades son similares, y por lo tanto seguirá siendo ese contundente argumento económico el que llevará a nuestros inefables dirigentes a realizar todas las gestiones y los esfuerzos necesarios para que los balones vuelvan a circular en las canchas lo antes posible, para completar un torneo que apenas iba a la mitad.
O ni siquiera eso, porque han sido DIEZ las jornadas jugadas y en realidad son 13 las que faltan por jugarse, con el primordial añadido de que las últimas SEIS "jornadas" que no todos juegan, las que conforman la Liguilla, son las más importantes de todas.
Por lo pronto, y todo a reserva de lo que el coronavirus diga, veremos hacia dónde conduce el ejemplo que -para variar- ponen los alemanes, mucho menos afectados por la pandemia que ingleses, italianos, franceses y españoles.
Que se mueva el balón y se reanude el juego... a la espera de que renazca el mundo.
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