Que no sea explícito, no lo hace inexistente: el machismo en el futbol.

Feliz día de paro. Aunque las mujeres paren, su mensaje no: 10 mujeres asesinadas diariamente y la normalización de una inequidad socioeconómica por género es opresión, y es insostenible.

Específicamente en el futbol, el machismo no es siempre explícito, pero es tan cotidiano que para muchxs se invisibiliza. A tal grado, que hablar de género se tilda de "victimización" e hiere susceptibilidades fácilmente.

Creo que nadie se levanta pensando: hoy es un día perfecto para negarle una portada a Kenti Robles (la mejor jugadora latinoamericana en España); para confundir los nombres de las jugadoras; para no revisar las notas que hablan sobre mujeres; para hablar de las "Diablitas" como si fueran niñas chiquitas; para hablar de Kealia Ohai antes como esposa de JJ Watt que como jugadora; para hablar del top 10 de jugadoras más guapas, y no del top 10 de jugadoras en la Liga. Pero, pasa. No sólo una vez, sino rutinariamente, cuando se escribe sobre futbol femenil.

Lo que no pasa muy a menudo es que medios deportivos de impacto masivo reconozcan hábitos de redacción, investigación o usos de lenguaje que violentan a las mujeres. Más difícil aún que abran espacios para hablar cordialmente sobre ello. Por ello, aunque este espacio se dio para limar asperezas, se aplaude. Sólo espero estar celebrando el inicio de una apertura en la agenda deportiva periodística, y de nuevos hábitos en la selección de plumas, y no sólo una respuesta editorial inteligente ante críticas en fechas en las que es conveniente un discurso feminista.

 
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