Yo a ti te conozco de antes... cuando aparecen situaciones repetidas.
Me pasó cuando Ricardo Peláez asumió la presidencia deportiva de Chivas con todo y Luis Fernando Tena incluido como director técnico, curiosamente algo muy parecido a lo que le había sucedido en Cruz Azul, cuando llegó y encontró a Pedro Caixinha como entrenador sin que él lo hubiera elegido.
Se habló mucho que originalmente el directivo no quería al técnico, pero que a través del diálogo fueron cosechando respeto mutuo, tal como se dice pasó en Chivas con todo y una supuesta reunión con Diego Alonso.
En ambas ocasiones consideró que Peláez hizo lo correcto desde un ángulo deportivo jugándosela con entrenadores de calidad probada y en lo político guardando su primer bala para otra ocasión.
Es decir, no elegir técnico le brinda margen de error porque no es su apuesta, pero al mismo tiempo en caso de éxito tiene todo el derecho de colgarse la medalla por su buena decisión de continuar con el proyecto.
Pues llegó el momento de usar esa bala guardada, que bajo los estándares de un equipo grande como Chivas, debe impactar directo en aspirante correcto al puesto.
Desde un punto de vista estrictamente deportivo hay argumento para destituir a LFT, la verdad es que al menos contra Santos y Puebla su equipo jugó muy mal, pero despedir a tu técnico en la Fecha 3 suena a qué mejor lo hubieras despedido al finalizar el torneo cancelado y hubieras empezando con tu elegido.
Ahora sin Tena como escudo, toda la presión caerá sobre Ricardo Peláez, que ahora tiene en sus manos la decisión más importante de su carrera como directivo: elegir al entrenador ideal para defender la grandeza de las Chivas.
Tomen en cuenta que el estratega que se siente en ese banquillo tendrá que liderar con el fantasma de Matías Almeida, que en lenguaje real se refiere a que la afición del Rebaño sigue enamorada del argentino y somete a sus técnicos a una constante comparación con su último ídolo.
El nuevo entrenador del Guadalajara debe tener la capacidad emocional y mental para lidiar con estas comparaciones, las credenciales necesarias para el puesto y sobre todo el liderazgo adecuado para controlar a los futbolistas, que de unos torneos a la fecha son el principal problema del equipo.
Ricardo Peláez ha tenido una carrera meteórica como directivo, en una década ha logrado ser el presidente deportivo de 3 de los todavía considerados cuatro grandes del futbol mexicano, pero solo en América logró ser campeón.
Es considerado con justicia uno de los mejores directivos de la Liga MX, sabe cómo conectar con los fans del futbol mexicano, pero una buena parte de su legado está en su siguiente movida.
Muchas promesas por cumplir.
Twitter: @AldoFariasGzz |