Con todo respeto a lo que representa y a su persona, Lionel Messi no fue, es, ni será más importante que el Barcelona como institución. Fue el jugador más importante de la época más exitosa del club que lo ganó absolutamente todo con un estilo de juego vistoso y espectacular que maravilló a todo el mundo del futbol, pero él jamás será más que el club.
No son las formas, mandar un fax para irte en una de las peores crisis futbolísticas del club; no son las formas.
Es increíble que la estabilidad de un club dependa de un solo jugador. Un jugador que ni siquiera dio la cara para decir "me voy"; no tuvo los tamaños para decirle a esa afición -a la que por casi 20 años le profesó amor incondicional- que no se veía más como un jugador del FC Barcelona.
La renuncia de Bartomeu se puede interpretar como una victoria de Messi. Si su intención era sacar a Bartomeu del Barcelona, lo logró, y si esto significa que Leo se queda en el equipo catalán sólo nos demuestra que como institución el Barcelona fue rebasado por las exigencias de un jugador al cual formó.
Ojalá Messi mantenga su palabra y se marche del Barcelona, que le vaya bien en su próximo destino y que deje al supuesto club de sus amores vivir esta nueva transformación, esta era post Messi que entre más rápido se lleve a cabo, más pronto sanará.
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