Existen muchos factores que permiten a un equipo ser triunfador: calidad técnica, suerte, mentalidad, costumbre de ganar partidos importantes.

Real Madrid, con 13 Champions, es un ejemplo inusual. Es difícil repetir tres veces en lo más alto del podio en una era tan competitiva, con sabuesos poderosos.

¿Qué se puede copiar de esa mística ganadora, de la forma de operar y jugar del Madrid, que marca la pauta del futbol mundial?

Doce jugadores han ganado su cuarta Champions en cinco años, lo que habla de una continuidad sobrenatural cuando los traspasos millonarios están de moda y nadie aguanta en el mismo vestidor mucho tiempo.

Una de las virtudes es su convicción para ganar. No dejan de morder un segundo, no se vencen ante los peores momentos y saben salir adelante. Poseen ese ojo de tigre que solo tienen los vencedores.

Los festejos en el Bernabéu hicieron homenaje al equipo con la consigna popular de pedirle a Cristiano Ronaldo que se quede. Y él coincide en que juega en el mejor equipo del mundo.

Es una pena que el nuevo triunfo traiga consecuencias que no le hacen bien al futbol: la lesión de Mohamed Salah por una entrada fuera de proporción de Sergio Ramos que lo dejaría fuera del Mundial, y la desgracia del arquero Karius, digno de compasión, pero indigno del partido.

La épica de las batallas legendarias tiene un par de asteriscos con ambos acontecimientos.

La Selección sostiene esta noche uno de sus últimos tres partidos de preparación para el Mundial de Rusia.

Juan Carlos Osorio prometióque llevará a los que estén bien física y futbolísticamente. Y en el último recorte podría caber alguna sorpresa.

Se vuelve a apuntar la preocupación de los centrales lesionados, de la falta de laterales naturales, gente que sepa tapar en media cancha. Y se suspira, sí, por el esquivo gol.

Con aroma merengue, empieza la última cuenta regresiva para el Mundial: ¿Qué es lo que hace triunfador a un equipo?

 
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