No hubo amor a primera vista porque no podía haber tal impacto pero no se puede negar que la impresión inicial ha sido buena.
Gerardo Martino puso sobre la mesa varias de sus cartas de intención y las cumplió pese al escaso tiempo de trabajo con sus jugadores.
Chile, rival capaz, ordenado en la marca y poco contemplativo a la hora de meter la pierna fuerte, complicó el tránsito a México el viernes pasado y lo puso a prueba.
Sin embargo, una de esas premisas se cumplieron sin duda: la intención de salir tocando el balón aun en situaciones muy comprometidas.
Esa vocación la tiene México porque sus jugadores tienen la técnica suficiente para intentarlo. Son educados para tratar bien al esférico, suelen protegerlo con vocación y lo circulan con fluidez.
Otra de las intenciones es la de tener una propuesta ofensiva.
El Tri lo demostró con un esfuerzo parejo, largos recorridos de sus laterales y un ritmo que no paró de molestar al adversario, hasta que terminó desvencijándolo y provocando errores forzados.
La manera de presionar la salida chilena ofreció recompensa y salvo el gol en contra, con la distracción que suele acompañarlo, fue de las pocas cosas a considerar en la página de los pendientes.
Pese a la notable actuación de Raúl Alonso Jiménez que abrió el partido en el lugar habitualmente perpetuado para "El Chícharo", es demasiado pronto para lanzar conjeturas sobre quién será el dueño de la titularidad.
Sabiendo que sólo en casos extremos jugarán ambos al mismo tiempo por convicción del entrenador, está claro que sólo hay lugar para uno y que Raúl inició la era Martino.
Ahora Javier tendrá su oportunidad contra Paraguay mañana por la noche y entre ambos, como en todas las posiciones posibles, deberán ganarse juego a juego el derecho de iniciar.
De la comprensión de cada integrante del seleccionado a la necesidad de no aflojar, dependerá la armonía interna. Es distinto obedecer al técnico por la autoridad natural que le confiere el puesto, a compartir sus decisiones pese a la afectación de los intereses individuales.
El largo camino dice que lo más importante de todo, sin embargo, es cómo se termine. Y la Federación establece metas ambiciosas para esta era, a cambio de apoyar en todo lo que pueda al técnico en turno.
La curiosidad de ver al equipo en su segunda aparición ante un rival históricamente más dominado por México, es patente.
El partido ante Paraguay dejará su provecho, y es deseable que otra buena impresión.
Hay elementos para pensar que así será.
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