Todos los que somos o hemos sido deportistas sabemos que el respeto a las reglas y a las figuras que las representan son indispensables para su sana práctica y evolución. Yo fui nadador de alto rendimiento y gran parte del entrenamiento era dedicado a nadar más rápido siguiendo las reglas que nuestro deporte imponía.
Uno de los deportes que más arrastre tiene, si no el que más, es el futbol. Parecería sencillo pero no lo es. Debido a su "sencillo" desarrollo, se ha convertido en el más conocido y practicado del planeta, son hoy millones de dólares los que significa como espectáculo.
Estas bondades monetarias atraen a "deportistas" que son la antítesis de lo que deberían ser, constantemente buscan engañar a los árbitros, pierden tiempo de juego, fingen lastimaduras... y ni se diga de dirigentes que ya no buscan el bien del deporte mismo, sino el bien económico propio. Hay "manos de Dios" metiendo goles en Finales de Mundiales, pseudo futbolistas profesionales que cobran mucho sin jugar al cien en cada partido y dirigentes que van por la vida comprando y vendiendo jugadores como si fueran ganado.
Imaginemos que un cirujano finge que opera a un paciente porque salió en un mal día y que lo entrevisten, y responde, "hoy murió mi paciente, no se nos dieron las cosas pero debemos seguir trabajando, así son las operaciones".
¿Deporte? Sí, ojalá volvamos a ver el futbol con más deportistas y menos mercenarios...
¡Goooyaaaaaaa!
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