Mañana domingo surgirá el nuevo campeón del futbol mexicano.
Entre los dos equipos que mejor han jugado a lo largo de 22 partidos, mañana se define en el 23 cuál se queda con el título de Campeón de Liga del Torneo de Clausura 2019.
Dos equipos que el pasado jueves ofrecieron un agradable partido de futbol que terminó 1-0, que bien pudo terminar 2-2 ó 3-1, y en el que sí fueron mejores los Tigres aunque el León fue capaz de igualar las cosas en cuanto a frecuencia y claridad en las llegadas.
En esos primeros 90 minutos de esta Final ambos equipos elevaron el rendimiento -pero no lo suficiente- con respecto a lo que habían exhibido en la instancia de Semifinales.
Unos poderosos Tigres como siempre ampliamente dominadores de lo que buscan como equipo en cada uno de sus partidos, pero con sus mejores elementos evidentemente lejos de su nivel óptimo. Ni Valencia, ni Vargas, ni Quiñones, ni Aquino, y ni siguiera Gignac a pesar de su pasmosa facilidad para hacerse presente en el marcador, han tenido ese óptimo desempeño demostrado hasta la saciedad en tantos partidos de éste y anteriores torneos.
Y en el caso del León algo similar sucede en esta última instancia, en la que ya no contaron con Macías y siguen sin contar con el mismo Mena que se distinguió como el máximo goleador en la Fase Regular del torneo.
Después de un buen "primer tiempo" de esta Final, es indudable que para el segundo ambas escuadras cuentan con sobrados argumentos como para ofrecer ese magnífico partido que la Liguilla sigue quedando a deber.
Si de "techos futbolísticos" se trata, es obvio que el de los Tigres es el más elevado de todos, como también lo es que el León es el equipo que a lo largo de este torneo más cerca ha estado de ese propio "techo".
Es decir, que jugando como en términos generales lo ha hecho en su cancha, no se ve tan complicado que el León le diera la vuelta al asunto, pero si los Tigres se acercan a su mejor juego posible, entonces sí sería complicadísimo.
Si se tratara de simplificar las cosas poniéndole números a las probabilidades de obtener el título, éstos quizá rondarían el 60-40 favorable para los Tigres.
Al margen de la camiseta que cada quien decida ponerse o de antemano traiga puesta, lo que muchos aficionados al buen futbol agradecemos es que a esta Final hayan llegado los dos mejores, algo que no siempre sucede en este peculiar torneo mexicano con su laxo sistemita de competencia que muchas veces permite seguir avanzando y aspirando al título sin necesidad de desplegar el mejor futbol.
Para redondear el torneo en esa tesitura, que por favor ambos jueguen mañana al nivel que se espera en una Final... y que de ella salga coronado el que mejor lo haga.
¿Será pedir mucho?
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