Una gran interrogación ha surgido ahora con respecto a la construcción del Recinto de la Fama (antes Salón de la Fama) aquí en Monterrey, cuando pretendían llevárselo a Sinaloa, pasando por alto la promesa de don Eugenio Garza Sada de que estaría por siempre aquí en nuestra Ciudad.
Don Alfredo Harp Helú, un empresario enamorado también del beisbol y dueño de los Diablos Rojos de México, está aportando, hasta donde sabemos, 250 millones de pesos para levantar un nuevo recinto que tentativamente será el nuevo "Salón de los Inmortales" en la zona del Estacionamiento 8 del Parque Fundidora.
Pero resulta que las autoridades del Parque Fundidora, dizque por haberles quitado una parte de su estacionamiento, le están pidiendo a don Alfredo que agregue "medio millón de pesos mensuales más", que ya no recibirán al perder el espacio que les quitaron.
Y la verdad, creemos que eso no se vale, no a estas alturas.
Obviamente pusieron a pensar al señor Harp Helú, porque después de tantos ires y venires para conseguir el terreno que se dijo era ideal para cambiar el Recinto, que por mas de 40 años estuvo en el jardín de Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma (antes de la llegada de Heineken, desde luego), pues desalienta a cualquiera.
Abundando y tomando en cuenta el tiempo que falta para cambiar de autoridades en Nuevo León, están creando un verdadero problema a los encargados, primero, y segundo, al principal patrocinador, el señor Harp Helú, impulsor de nuestro beisbol profesional.
Por lo tanto, esperamos y deseamos que todas las personas involucradas en este "dilema" puedan, a través de una reunión de caballeros y con la mayor seriedad del mundo, llegar a una solución que sea beneficiosa para todos lo que aman nuestro querido deporte.
felipem@elnorte.com |