Desde adentro
 
Las declaraciones de Andrés Guardado y de Miguel Layún echaron a perder lo que me contó mi Juditas Tricolor (cara triste de WhatsApp).

Pos no se le ocurre a ambos jugadores decir que quedaron maravillados con el "Tuca" Ferretti y le echaron flores a más no poder.

Bueno, pues mi Judas, que está entre los convocados, me dijo que la impresión que dejó Ricardo fue mucho mejor que la que esperaban.

Que él no tiene mucho que opinar porque lo conoce muy bien, pero que las charlas y pláticas en los entrenamientos y hotel de quienes venían de Europa fueron de 10 puntos.

Que sí, que efectivamente quien se quedó como "niño con entrenador nuevo" fue Guardado. Que lo que declaró a los medios no fue nada a comparación de los comentarios que hizo sin grabadoras por delante.

"Él (Ferretti) es un entrenador que te deja una huella, te deja muchas cosas, el volver otra vez a vibrar con el futbol. En el juego ante Argentina dio una charla que yo creo que no me había dado ningún entrenador, nos la dio a todos, que se te olvida cuando eres profesional, cuando van pasando los años, y él te lo recuerda, y uno como jugador le agradece muchísimo".

Eso declaró Guardado tras el partido del sábado.

También me dijo (mi Judas) que una vez terminado el partido, Ferretti se quitó el confeti de los hombros muy rápido y les cortó el festejo, al recordarles que mañana hay juego contra Panamá y que tenían que jugar de la misma forma que contra Estados Unidos.

Que su disciplina hace que las cosas jalen mejor, que jamás se relaja y eso se ve en su trabajo.

Todo muy bonito, peeerooo... se acabó.

Ahora viene Juan Carlos Osorio, quien por ciertooo...

 
 
Nada de show
 
Si piensan que Juan Carlos Osorio se prestará al show mediático por ser el nuevo técnico del Tri, están muy equivocados.

Descarten que lo veamos en algún comercial, fiesta de huerquillos o programas huecos como el "¡Sabadazo!" o "Venga la Alegría" (si alguna vez quieren ver telebasura, pónganle a ésos y quedarán espantados).

El colombiano es muy especial y, aún sin haber sido presentado al frente del Tri, ya demostró que eso de salir en la prensa y andar de un lado al otro no es lo suyo.

Por lo menos así lo dejó claro el sábado, en Pasadena, pues procuró no estar muy a la vista y en todo momento evitó tener contacto con la prensa.

De hecho, al ver que el hotel del Tricolor estaba bien custodiado por los periodistas, prefirió que lo llevaran a otro lugar para dormir, en Hollywood.

A su llegada al Rose Bowl fue ingresado por una puerta distinta y, afuera del palco en el que vio el partido entre Estados Unidos y México, hubo elementos de seguridad que lo cuidaban, pues no quiso ser tomado por las cámaras.

Cosa distinta era con Miguel Herrera, quien se prestaba para todo lo que la FMF le pedía y acudía a cualquier llamado para explotar su imagen, situación que ya no existirá con el colombiano.

Del "Piojo" a Ricardo y de Ricardo a Osorio... cada vez menos exposición del DT, algo muy positivo.

PD: Contrario a la mayoría, yo sí creo en Osorio y pienso (creo y pienso, dije) que le irá bien con el Tri.

 
 
Medina
 
Nooo, no me refiero a Rodrigo, aquí sólo escribo de raza honesta, que construye su patrimonio en base a su trabajo y que no se enriquece con negocios raros.

En la columna del viernes les dije que algo había pasado que la directiva estaba pensando castigar y multar a Stefan Medina.

Algo sucedió con el jugador que optaron por hacer lo que les dije y el viernes comenzó a notarse.

Stefan no salió ni a la banca y, me cuentan, por su nivel de juego y por sus "cosas personales", su continuidad en el equipo está en duda.

"Mañana (hoy) te cuento el motivo, aguántame a mañana", me dijo ayer domingo mi Judas Turquista, quien -obvio- está informado de todo.

Cuando el viernes que estaba en el BBVA vi que ni a la banca salía y que no estaba lesionado, ahí me acordé de mi Judas y corroboré una vez más de la gran confiabilidad que tiene.

PD: A ver si hoy me cuenta.

 
 
Ya ni la...

Llegamos, pedí como entradita un guacamole y un queso fundido. Se tardaron 40 minutos en traer el molcajete con el guacamole y 50 minutos en ponernos el queso.

Como ya sabía que el servicio tenía fama de malo y tardado, pedimos la cena al mismo tiempo de las entradas, para que la fueran haciendo.

Pues -aunque no lo crean- la cena la sirvieron UNA HOOORA y 45 minutos después... ¡y fría!

Y lo peor: sólo había una mesa de clientes aparte de nosotros, así es que el motivo no era el enorme trabajo que tenían.

Hagan algo con el restaurante Azul del Estadio BBVA, porque están más tardados que un vuelo de Viva Aerobús y eso -créanme- ya es muuucho que decir.

PD: Y todavía tuvieron la desvergüenza de cobrarnos ja, ja, ja...

 
 
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